Nunca juegues con un escorpión
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Spanish › Originals
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Adult ++
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Disclaimer:
This is a work of fiction. I do not know the celebrity I am writing about. I do not make any money from the writing of this story.
Marco
Capítulo 4
Marco
El muchacho de los cabellos rizados era consumido por la culpa de sus actos. ¿Debía decirle la verdad a Marco? — Pobre Marco, no toleraría verlo sufrir por mi culpa- pensaba Gael.
Sentado en su escritorio de trabajo, comenzó a buscar una foto en el archivero, una foto donde se apreciaba a Marco junto a Gael frente a un hermoso puerto.
- Nuestra primera cita- pensaba mientras soltaba un suspiro -Eres un gusano repulsivo Gael, si, eso es lo que eres, un pelele que no mide las consecuencias de beber tanto… o tal vez no quieres aceptar tu realidad, eres diferente, eres un cobarde.
Gael solía regañarse a si mismo cada vez que hacía una estupidez y dado que esta vez había cometido tal vez la mayor de toda su vida, no le podía faltar el auto-regaño.
- No te hubiera salido mejor Gael, porque no sólo no puedes mirar a Marco a los ojos, sino que también tu supuesta mejor amiga esta realmente molesta contigo, ella cree que jugaste con ella y conociendola… Quien sabe de que sea capaz.
Gael volvió a mirar fijamente esa fotografía. De repente se transportó al pasado, aquel día en el que conoció a Marco, ese día mágico…
-¿Quién es ese?
- Se llama Marco, estudiamos en la misma universidad
-¿De verdad Dana?
-Si, ¿es difícil de creer?
-No, pero…
-Pero ¿qué?
-Nada, olvídalo.
La mente de Gael volvió al presente.
- Y si Dana se enterara de que ella misma me lo presentó, de que sin ella nada de esto sería posible… no sé que sería capaz de hacer, en estos últimos momentos siento como si el mundo me comiera.
Volvió a aquel día mágico…
- Dana, ¿puedo acompañarte?
- Claro Marco, mira, te presento a mi mejor amigo, Gael
-Hola, mucho gusto
-Hola Marco
- ¿No les importa que los acompañe? Es que ya me aburrí
- Si — decía la voz torpe de Gael, quien había sido dominado por los nervios.
-¿Si?- preguntó Marco un poco confuso
-Es decir, no...- titubeaba- lo que quiero decir es…
- Lo que quiere decir es que no hay problema- dijo Dana
- Oh, bien
Gael soltó una risa irónica y burlona hacia si mismo, pues recordó lo estúpido que se sintió ese día cuando Marco le habló por primera vez. Recordó también el auto-regaño propio de aquella estupidez, el cual se impuso minutos después en su mente.
Gael seguía recordando cada momento de aquella relación, recordó cuando aceptó que le gustaban los hombres y cuando se decidió a invitar a Marco a salir por primera vez.
Recordó cuando Marco lo hacía sonrojarse.
*
-¿Soy la primera pareja que tienes?- preguntó Marco
-¿Hombre? Si, así es….
- Vaya, tengo mucha responsabilidad contigo
-Mmmmm- el color del rostro de Gael se podía comparar con el de un tomate apachurrado- ya me dio pena
- Jajaja, ven acá y dame un beso
*
Gael soltó una lágrima.
- No quiero que eso termine, soy un pobre diablo- pensaba- ¡ahhhhhh!- gritaba con ira.
De pronto alguien llamó a la puerta, era Marco.
- ¿Estás bien? ¿Que tienes?
-Nada, nada
-¿Qué es esto?
-¿La recuerdas?
-Ah si, la foto que nos tomamos aquel maravilloso día
-Así es
-Gael, ¿sabes que te amo?
- Si, lo sé para fortuna mía
- Bien
Los muchachos se quedaron mirándose uno al otro, Gael sentado en su escritorio y Marco de pie a lado de la silla, un tanto inclinado, lo suficiente para darle un beso a Gael, lo suficiente para desgarrarle el alma con aquel beso, beso que a Gael le recordó al sabor amargo de la culpa.
Gael tomó de la cintura al muchacho, Marco le miró y le acarició los negros rizos.
-Yo también te amo, siempre tenlo muy presente, pase lo que pase
Marco soltó una sonrisa y volvió a besarlo. Gael quien aun lo tomaba de la cintura, lo abrazó con más fuerza usando sólo una mano y con la otra le alzó la playera y le besó la poca piel que asomaba.
Marco se sentó en sus piernas y lo besó de nuevo, se llenaron de caricias. Sus respiraciones se aceleraban lentamente, tan lento como los tiernos besos de Marco, tan lentos como la forma en que Gael acariciaba su espalda.
Una voz en el interior de Gael hablaba.
-Eres un maldito, un descarado- decía la voz- ¿cómo puedes ser tan idiota?
En ese momento Gael se detuvo.
-Marco- dijo Gael para proponer que pospusieran el momento, pues no sólo sentía mucha culpa para realizar ese acto, sino que además jamás habían realizado ese acto.
-¿Si?- atendía Marco mientras rozaba su mano entre las piernas de Gael, deseando quitarle aquellas prendas que lo privaban de poseerlo, de ser junto con él, uno mismo; de tocar el cielo en sus brazos.
-Nada- respondió, pues el deseo lo había consumido por completo.
Marco besaba dulcemente el cuello de Gael, quien extasiado por el placer obtenido, se limitaba a acariciar la espalda del dueño de aquellos ojos verdes.
Gael reaccionó en cuanto Marco dejó de besarle el cuello. Comenzó a desabotonar su camisa.
- Te deseo tanto Marco- le dijo al terminar de desnudarle la espalda y besarle el hombro izquierdo
- ¿Aja?- alcanzó a decir el muchacho pues el placer que le provocaba sentir la mano de Gael dentro de sus pantalones era demasiado para formular palabras
-Aaja- le contestó
Tiernamente, Gael tomó de nuevo a Marco por la espalda y se dejaron caer al piso.
-¿Estás seguro de esto?- le preguntó Marco
-Si, lo necesito, te necesito- al decir esto, el botón del pantalón de Marco había dejado de estorbarle y deshaciéndose de las últimas prendas, comenzó a saborear lo que ahí encontró
-Mírame a los… oh!!...mmm…ojos y dímelo de nuevo- pidió Marco
-¿Qué quieres que te diga?
-Que me amas y que me necesitas
Gael alzó la vista y trató de mirarlo a los ojos pero en el instante en que lo logró, una lágrima brotó de su ser.
-¿Por qué lloras?
- La emoción…., no lo sé
Marco asustado le enderezó del piso.
- Si no estas seguro…
- Lo estoy, seguro que lo estoy, es sólo que…
-Es sólo que… ¿qué?
- Perdóname
-No hay nada que perdonar
En ese momento, Gael pudo ver a los ojos a Marco, pues aquel “Perdóname” no había sido por el llanto, sino por el engaño, o al menos eso fue lo que quiso pensar Gael para poder continuar. Marco le dio un beso en la frente y le acarició los brazos.
- ¿Por qué no mejor lo dejamos así por hoy?- propuso Marco
-Siempre lo dejamos así
-Una vez más no hará daño
- Pero es que realmente lo quiero
- Lo sé, te juro que yo también, es algo con lo que he soñado desde que te mudaste aquí, bueno, de hecho desde antes, desde hace casi un mes cuando empezamos a salir. ¿Lo recuerdas? Pero es que también quiero que sea totalmente perfecto para los dos, porque eres especial para mí y espero que yo lo sea para ti.
- Lo eres
- Soy tan cursi…
- Lo eres, jajaja
- Bien, esta era la parte en la que decías “No, no lo creo, a mi me pareces más bien tierno”
- Jajajajajaja… eso también lo eres, jajajajaja
- ¡Que chistosito! — decía Marco en un tono irónico- jajaja
- Te prometo que cuando pase, será perfecto
- Gracias, yo también te lo prometo
Los muchachos se miraron a los ojos y se besaron. Gael soltó un suspiro, pues por un momento había logrado olvidarse de aquel asunto que atormentaba mucho más su alma.
- ¿Irás a dormir?
- Yo creo que si, estoy un poco cansado
-¿Día pesado en el restaurante?
- Si, ¿quién dijo que ser chef no era cansado?
- Que duermas bien
-¿No vienes?
- Ahora voy, sólo pondré un poco de orden.
- Bien, entonces me llevo mi camisa y mis pantalones a otro lado
- Ja, está bien.
- ¿Gael?
- ¿Si?
- Te amo
- Yo también te amo Marco.
Los ojos verdes salieron de la habitación y cerraron la puerta. Gael como siempre, comenzó a meditar sobre la situación.
**** Hola… bueno, verán que en sí estaba pensando en poner un lemon muy acá en este capítulo, pero cambié de opinión… no sé, fue culpa de Marco, jajajaja, él me dijo. Prefiere que sea algo dulce y tierno.
Van a decir que estoy loca, pero a veces siento que los personajes me hablan y me dicen que es lo que quieren que escriba… y entonces toman el control.
En fin, me gustaría mucho que compartieran conmigo su opinión, si quieren un lemon, si no lo quieren, lo que les gustaría que pasara, lo que no y sobre todo su crítica que es muy importante para mí. Besos y gracias. Laura C.
Marco
El muchacho de los cabellos rizados era consumido por la culpa de sus actos. ¿Debía decirle la verdad a Marco? — Pobre Marco, no toleraría verlo sufrir por mi culpa- pensaba Gael.
Sentado en su escritorio de trabajo, comenzó a buscar una foto en el archivero, una foto donde se apreciaba a Marco junto a Gael frente a un hermoso puerto.
- Nuestra primera cita- pensaba mientras soltaba un suspiro -Eres un gusano repulsivo Gael, si, eso es lo que eres, un pelele que no mide las consecuencias de beber tanto… o tal vez no quieres aceptar tu realidad, eres diferente, eres un cobarde.
Gael solía regañarse a si mismo cada vez que hacía una estupidez y dado que esta vez había cometido tal vez la mayor de toda su vida, no le podía faltar el auto-regaño.
- No te hubiera salido mejor Gael, porque no sólo no puedes mirar a Marco a los ojos, sino que también tu supuesta mejor amiga esta realmente molesta contigo, ella cree que jugaste con ella y conociendola… Quien sabe de que sea capaz.
Gael volvió a mirar fijamente esa fotografía. De repente se transportó al pasado, aquel día en el que conoció a Marco, ese día mágico…
-¿Quién es ese?
- Se llama Marco, estudiamos en la misma universidad
-¿De verdad Dana?
-Si, ¿es difícil de creer?
-No, pero…
-Pero ¿qué?
-Nada, olvídalo.
La mente de Gael volvió al presente.
- Y si Dana se enterara de que ella misma me lo presentó, de que sin ella nada de esto sería posible… no sé que sería capaz de hacer, en estos últimos momentos siento como si el mundo me comiera.
Volvió a aquel día mágico…
- Dana, ¿puedo acompañarte?
- Claro Marco, mira, te presento a mi mejor amigo, Gael
-Hola, mucho gusto
-Hola Marco
- ¿No les importa que los acompañe? Es que ya me aburrí
- Si — decía la voz torpe de Gael, quien había sido dominado por los nervios.
-¿Si?- preguntó Marco un poco confuso
-Es decir, no...- titubeaba- lo que quiero decir es…
- Lo que quiere decir es que no hay problema- dijo Dana
- Oh, bien
Gael soltó una risa irónica y burlona hacia si mismo, pues recordó lo estúpido que se sintió ese día cuando Marco le habló por primera vez. Recordó también el auto-regaño propio de aquella estupidez, el cual se impuso minutos después en su mente.
Gael seguía recordando cada momento de aquella relación, recordó cuando aceptó que le gustaban los hombres y cuando se decidió a invitar a Marco a salir por primera vez.
Recordó cuando Marco lo hacía sonrojarse.
*
-¿Soy la primera pareja que tienes?- preguntó Marco
-¿Hombre? Si, así es….
- Vaya, tengo mucha responsabilidad contigo
-Mmmmm- el color del rostro de Gael se podía comparar con el de un tomate apachurrado- ya me dio pena
- Jajaja, ven acá y dame un beso
*
Gael soltó una lágrima.
- No quiero que eso termine, soy un pobre diablo- pensaba- ¡ahhhhhh!- gritaba con ira.
De pronto alguien llamó a la puerta, era Marco.
- ¿Estás bien? ¿Que tienes?
-Nada, nada
-¿Qué es esto?
-¿La recuerdas?
-Ah si, la foto que nos tomamos aquel maravilloso día
-Así es
-Gael, ¿sabes que te amo?
- Si, lo sé para fortuna mía
- Bien
Los muchachos se quedaron mirándose uno al otro, Gael sentado en su escritorio y Marco de pie a lado de la silla, un tanto inclinado, lo suficiente para darle un beso a Gael, lo suficiente para desgarrarle el alma con aquel beso, beso que a Gael le recordó al sabor amargo de la culpa.
Gael tomó de la cintura al muchacho, Marco le miró y le acarició los negros rizos.
-Yo también te amo, siempre tenlo muy presente, pase lo que pase
Marco soltó una sonrisa y volvió a besarlo. Gael quien aun lo tomaba de la cintura, lo abrazó con más fuerza usando sólo una mano y con la otra le alzó la playera y le besó la poca piel que asomaba.
Marco se sentó en sus piernas y lo besó de nuevo, se llenaron de caricias. Sus respiraciones se aceleraban lentamente, tan lento como los tiernos besos de Marco, tan lentos como la forma en que Gael acariciaba su espalda.
Una voz en el interior de Gael hablaba.
-Eres un maldito, un descarado- decía la voz- ¿cómo puedes ser tan idiota?
En ese momento Gael se detuvo.
-Marco- dijo Gael para proponer que pospusieran el momento, pues no sólo sentía mucha culpa para realizar ese acto, sino que además jamás habían realizado ese acto.
-¿Si?- atendía Marco mientras rozaba su mano entre las piernas de Gael, deseando quitarle aquellas prendas que lo privaban de poseerlo, de ser junto con él, uno mismo; de tocar el cielo en sus brazos.
-Nada- respondió, pues el deseo lo había consumido por completo.
Marco besaba dulcemente el cuello de Gael, quien extasiado por el placer obtenido, se limitaba a acariciar la espalda del dueño de aquellos ojos verdes.
Gael reaccionó en cuanto Marco dejó de besarle el cuello. Comenzó a desabotonar su camisa.
- Te deseo tanto Marco- le dijo al terminar de desnudarle la espalda y besarle el hombro izquierdo
- ¿Aja?- alcanzó a decir el muchacho pues el placer que le provocaba sentir la mano de Gael dentro de sus pantalones era demasiado para formular palabras
-Aaja- le contestó
Tiernamente, Gael tomó de nuevo a Marco por la espalda y se dejaron caer al piso.
-¿Estás seguro de esto?- le preguntó Marco
-Si, lo necesito, te necesito- al decir esto, el botón del pantalón de Marco había dejado de estorbarle y deshaciéndose de las últimas prendas, comenzó a saborear lo que ahí encontró
-Mírame a los… oh!!...mmm…ojos y dímelo de nuevo- pidió Marco
-¿Qué quieres que te diga?
-Que me amas y que me necesitas
Gael alzó la vista y trató de mirarlo a los ojos pero en el instante en que lo logró, una lágrima brotó de su ser.
-¿Por qué lloras?
- La emoción…., no lo sé
Marco asustado le enderezó del piso.
- Si no estas seguro…
- Lo estoy, seguro que lo estoy, es sólo que…
-Es sólo que… ¿qué?
- Perdóname
-No hay nada que perdonar
En ese momento, Gael pudo ver a los ojos a Marco, pues aquel “Perdóname” no había sido por el llanto, sino por el engaño, o al menos eso fue lo que quiso pensar Gael para poder continuar. Marco le dio un beso en la frente y le acarició los brazos.
- ¿Por qué no mejor lo dejamos así por hoy?- propuso Marco
-Siempre lo dejamos así
-Una vez más no hará daño
- Pero es que realmente lo quiero
- Lo sé, te juro que yo también, es algo con lo que he soñado desde que te mudaste aquí, bueno, de hecho desde antes, desde hace casi un mes cuando empezamos a salir. ¿Lo recuerdas? Pero es que también quiero que sea totalmente perfecto para los dos, porque eres especial para mí y espero que yo lo sea para ti.
- Lo eres
- Soy tan cursi…
- Lo eres, jajaja
- Bien, esta era la parte en la que decías “No, no lo creo, a mi me pareces más bien tierno”
- Jajajajajaja… eso también lo eres, jajajajaja
- ¡Que chistosito! — decía Marco en un tono irónico- jajaja
- Te prometo que cuando pase, será perfecto
- Gracias, yo también te lo prometo
Los muchachos se miraron a los ojos y se besaron. Gael soltó un suspiro, pues por un momento había logrado olvidarse de aquel asunto que atormentaba mucho más su alma.
- ¿Irás a dormir?
- Yo creo que si, estoy un poco cansado
-¿Día pesado en el restaurante?
- Si, ¿quién dijo que ser chef no era cansado?
- Que duermas bien
-¿No vienes?
- Ahora voy, sólo pondré un poco de orden.
- Bien, entonces me llevo mi camisa y mis pantalones a otro lado
- Ja, está bien.
- ¿Gael?
- ¿Si?
- Te amo
- Yo también te amo Marco.
Los ojos verdes salieron de la habitación y cerraron la puerta. Gael como siempre, comenzó a meditar sobre la situación.
**** Hola… bueno, verán que en sí estaba pensando en poner un lemon muy acá en este capítulo, pero cambié de opinión… no sé, fue culpa de Marco, jajajaja, él me dijo. Prefiere que sea algo dulce y tierno.
Van a decir que estoy loca, pero a veces siento que los personajes me hablan y me dicen que es lo que quieren que escriba… y entonces toman el control.
En fin, me gustaría mucho que compartieran conmigo su opinión, si quieren un lemon, si no lo quieren, lo que les gustaría que pasara, lo que no y sobre todo su crítica que es muy importante para mí. Besos y gracias. Laura C.