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Itsuki y Sensui

By: mourn
folder Spanish › Anime
Rating: Adult
Chapters: 18
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Disclaimer: I do not own the anime/manga that this fanfiction is written for, nor any of the characters from it. I do not make any money from the writing of this story.
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Los encuentros con el señor del castillo

Advertencia: este es un fic del género yaoi, ya saben relación hombre con hombre. Y quiero aclarar que no saco ganancias con esta historia. No son de mi propiedad Itsuki ni Sensui, ni ninguno de los personajes de YuYuHakusho, pero todos los demás personajes y lugares son de mi propia creación. Bueno eso es todo así que a leer el fic : )

CAPITULO 4: LOS ENCUENTROS CON EL SEÑOR DEL CASTILLO


Itsuki fue sacado de sus recuerdos, cuando escuchó una especia de disputa entre dos de los guardias que vigilaban el calabozo en el que se encontraba. Parecía que discutían sobre a quién le tocaba el cambio de turno; hasta de nuevo se escuchó silencio, tal vez ya habían decidió cuál de ellos era el que iba a cuidar las celdas.


Estos calabozos eran como cualquier otro que había visto antes, eran solamente para poder bajar la moral del pobre preso en turno, claro además de asegurar que no pudiera escapar de ahí, y darle la debida tortura cuando le venían en gana al jefe.


Ese lugar era muy oscuro y húmedo, Itsuki había tratado de buscar alguna rendija por al cual poder hacer un hoyo más grande, pero era inútil; quien quiera que hubiera diseñado estas celdas, había tenido en cuenta formas en que alguien pudiera escapar. Tal vez esa persona, había tenido un vasto entrenamiento en lo que al arte de la guerra se refería.


Pasar el tiempo en esa oscura celda, donde ni los rayos de los dos soles que iluminaban el cielo, podía desorientar bastante a alguien. A lo mejor ese era una de las formas de tortura, sí, era dar maltrato psicológico, que puede ser más severo y motivador que un maltrato físico, si se aplica en la forma correcta.


Si no fuera por el tiempo que había pasado junto a Sensui en aquel espacio interdimensional que era tan oscuro y bizarro, lo más seguro es que estaría más propenso a ir perdiendo la calma. Aunque ya nada le importaba, si permanecía en la oscuridad total, o si por un capricho del señor del castillo volvía a las lujosas habitaciones del interior del castillo, como otras veces le había pasado. Ahora sentía que no tenía nada ara seguir adelante.


Pero lo que le provocaba al estar en esa negrura total, eran recuerdos desde que llegó a ese mundo y había sido traído al castillo. Así que medio adormilado, se dejó llevar de nuevo al momento en que lo habían llevado sus recuerdos, antes de que fuera interrumpido.

CONTINUACIÓN FLASH BACK

“Que hermosa escena tengo frente mí” dijo aquel hombre que se veía joven. “Espero que hayas tenido un delicioso descanso” y diciendo esto, aquel hombre caminó con gran elegancia hacia la gran cama y se sentó en ella, aun lado de Itsuki. El hombre tomó con gran delicadeza la mano que Itsuki tenía sobre el lazo dorado, la tomó entre sus manos, y se la llevó a sus labios donde le obsequió un suave beso.

En el de Itsuki parpadeó un par de veces por la sorpresa, y en su rostro apareció un ligero rubor, ante el gesto que le había brindado este extraño. Cuando Itsuki pudo reaccionar, apartó su mano bruscamente de entre las de aquel hombre de cabello verde oscuro. Itsuki se hizo un tanto para atrás en lo que era un gesto defensivo. Y dándole al ese hombre una mirada no muy amigable.

Itsuki le preguntó “¿Quién eres tú?”. Y el hombre se puso de pie y le respondió “Yo soy Shigeru, soy el señor de este castillo, el Castillo Sakai”. Y con una sonrisa le dijo Pero dime ¿Cuál es tu nombre? hermosa criatura”. A lo que Itsuki le respondió “Yo me llamo Itsuki, así que por favor deja de decirme “hermosa criatura” quieres”.


Ese sujeto, le sonrió como respuesta y aparte, subió su mano izquierda y la posó sobre el cabello de Itsuki y le dijo a éste “No tengas miedo, yo he sido quien te ha mandado traer”. Pero de nuevo Itsuki se quitó del alcance de Shigeru. Era hermoso y de modales educados, pero aún así había algo en ese sujeto a que a Itsuki no le inspiraba confianza del todo.


Furioso, Itsuki le respondió “Así que tú le diste a esos soldados las órdenes de darme una gran bienvenida” mientras con sus manos sobre la cama apretaba las finas sábanas ente sus puños.


Shigeru le respondió “Mi hermosa criatura, no tienes de que preocuparte, esos soldados no volverán a actuar sin mis órdenes. Es más me he podido dar cuenta de que han osado tocarte, y es por eso que...” y rostro del hombre se volvió tétrico “les he mandado cortar sus cabezas y ahora están empaladas a las afueras del castillo. Eso le pasa a cualquiera que se atreve a tocar algo que es mío”.


Ante este comentario, Itsuki sintió hervir su sangre, en parte por lo que les había mando hacer a sus soldados y en parte por el atrevimiento de ese hombre al decir que él era una de sus pertenencias. Así que Itsuki muy enojado le respondió “¡Cómo te atreves a decir que soy una de tus pertenencias, tú no eres mi dueño!”. Shigeru le contestó divertido mientras tomaba fuertemente del cabello a Itsuki, haciendo que ése lo mirara a los ojos “Eso dices ahora, pero pronto te tendré rogándome para que te haga mío. Romperé tu voluntad y tu espíritu para que a tus ojos no veas a nadie más que a mí como tu amo” y Shigeru acercaba su rostro hacia el del youkai.


Itsuki veía dentro los ojos grisáceos de aquel hombre, y sentía que se hundía en un hermoso pero profundamente peligroso mar plateado del que no había escapatoria. Pero Itsuki, reuniendo toda su voluntad, le lanzó una mirada desafiante al señor del castillo. A lo Shigeru le dijo “Eres la más exótica de las criaturas que haya visto, nunca había visto a nadie con esos ojos dorados tan desafiantes. Yo como señor absoluto del castillo, ejecutaría sin pensarlo dos veces a cualquiera que se atreviera a mirarme de esa forma. Además en todas mis expediciones he visto a personas con diferentes colores en los ojos, pero nunca dorados. Ni siquiera en las tierras conocidas como Daichi”.


Itsuki le respondió “¡Yo no soy tu mascota con la puedes hacer lo que te venga en gana!”. Shigeru, con la otra mano, le acarició la mejilla mientras muy calmadamente le decía “Estas joyas que llevas puestas, no son solamente un adorno; también son un símbolo de que eres de mi propiedad” A esto Itsuki lanzó un gruñido de protesta. Luego Shigeru continuó diciendo “No te preocupes, te conseguiré más finas joyas, ya que una bella criatura merece joyas hermosas. Y te cubriré con lo más raros y preciosos perfumes para mi exótica mascota”.


“Pídeme lo que quieras, yo te lo daré. Incluso he mandado hacer unas ropas idénticas a las que traías cuando fuiste traído a aquí; pero hechas de las más finas telas que se puedan encontrar en estas tierras” le dijo Shigeru.


Luego Itsuki le respondió con una mirada desesperada, casi como una súplica“¡Déjame libre, tengo que buscar a alguien, un hombre que estaba conmigo antes, de que yo cayera en este mundo! Su nombre es Shinobu Sensui”.


A Shigeru no le gustó la forma en como dijo lo anterior Itsuki. El señor del castillo se dio cuenta que era la primera vez, desde que el joven de los ojos dorados había sido traído ante él, le suplicaba por algo y no le miraba en una forma desafiante. Por lo que Shigeru pensó que ese tal Sensui podría ser un obstáculo para sus deseos.

De repente, Shigeru comenzó a lamer la mejilla izquierda de Itsuki, mientras éste trataba de forcejear para librarse del agarre del señor del castillo.
Aquella situación sólo parecía excitar más a Shigeru, quien ponía más entusiasmo en su tarea. Iba descendiendo en su camino, hasta que comenzó a lamer los suaves labios de Itsuki, para después comenzar a besarlo e introducir por la fuerza, su lengua en el interior de la dulce boca del youkai.


Extrañamente Itsuki se sentía algo débil, y cuando Shigeru dejó de besarlo, le dijo “Te daré cualquier cosa menos eso, y con lo que respecto a ese hombre que dices, mis soldados me dijeron que lo encontraron muerto, así que dejaron su cuerpo para que pudriera a las afueras de mis terrenos”.


Itsuki sintió como su corazón se detuviese, y después fuera roto en mil pedazos como un trozo de cristal. No podía creer no era cierto. “¡No es cierto, me estas mintiendo!” exclamó Itsuki “¡Es una vil mentira!” dijo el youkai mientras en temblor comenzaba a recorrer su cuerpo.

“Es cierto” le contestó Shigeru en tono autoritario y sombrío a la vez. “te refieres a un hombre de piel oscura, cuyos color de ojos y de cabello eran de color negros. Cómo olvidar a alguien con esas características, que también son bastante raras en este territorio”. Luego Itsuki exclamó “¡No puede ser, Shinobu! ¡No!”.

“Su cuerpo ya debió de haber sido carroña para algún animal salvaje que ronda los terrenos inhóspitos” dijo Shigeru con una sonrisa sarcástica en su cara. Eso molestó tanto a Itsuki, que éste le propinó una bofetada a Shigeru. Y éste muy molesto por la reacción de su exótica pertenencia, tomó unas cadenas doradas que estaban en una mesa de noche, al lado de la cama, y esposó violentamente la muñeca izquierda de Itsuki y amarró el otro extremo al poste izquierdo de la cama. Itsuki se sintió un poco más débil de repente y comenzó a respirar con un poco de dificultad.


“Quiero que sepas que este lazo que tienes amarrado a tu pierna derecha y esta cadena dorada, así como las joyas que llevas puestas, están hechos de un material ligero pero resistente, que sirve para disminuir las fuerzas de los prisioneros. Puedo controlarte con estos artefactos” dijo Shigeru sentado en la cama, a un Itsuki acostado y encadenado. Shigeru acercó su cara a la del youkai y le dijo “Por eso como te decía esas joyas no son solamente ornamentales, sino que cumplen una doble función, al reclamarte como de mi propiedad”.


Luego la mano que sujetaba, ya no tan fuertemente, la cabeza de Itsuki; fue deslizándose lenta y sensualmente por el brazo derecho de Itsuki, su mejilla, sus labios, su cuello y hasta su pecho, para luego Shigeru poder atacar con su boca el delicioso cuello del youkai. Un par de lágrimas escaparon de los ojos dorados de Itsuki, mientras pensaba que ya nada le importaba, ya no mientras no estuviera Shinobu a su lado.


La mano de Shigeru comenzó a deshacer el cinturón de las ropas de Itsuki; cuando estuvo suelto, lo lanzó el objeto hacia un lado de la cama, mientras que con su otra mano libre, comenzaba a frotar el pecho de Itsuki. Primero tomó entre sus dedos pulgar e índice, el pezón izquierdo del youkai, y empezó a frotarlo hasta que se el pezón se puso duro entre sus dedos. Y con su boca lamía y mordisqueaba el cuello de Itsuki. Aunque el youkai solamente tenía la mirada perdida, viendo hacia el techo, viendo hacia la nada. Ya nada le importaba, y sentía muy débil, y por primera vez se sentía muy solo, ahora que ya Shinobu estaba muerto.


Mientras Itsuki continuaba sumido en si tristeza, las manos de Shigeru continuaba bajando hacia el sur del cuerpo del youkai; y la boca, del de ojos grisáceos iba descendiendo del cuello del otro, hacia los pezones endurecidos de Itsuki, para rodearlos en círculos con su lengua y después irlos succionando con su sensual boca. Solamente los abandono cuando ya estaban completamente húmedos, y ahora sus manos iban bajando hasta que llegaron a la entrepierna del youkai y comenzaron a apartar las telas que la cubrían, mientras Shigeru levantó su apuesto rostro para poder ver con una mirada posesiva a Itsuki y darle una media sonrisa.


El youkai sintió las manos de Shigeru frotando y tocando su miembro en una forma tan sensual que si no fuera por la tristeza de Itsuki, éste ya estaría regalándole hermosos gemidos de placer. Pero fue el toque de Shigeru lo que Itsuki necesitó para poder salir de su trance y percatarse de la situación en la que se encontraba.


Luego Shigeru le dijo en tono sedoso “No te preocupes, muy pronto te haré mío en todas las formas posibles y te tendré debajo mío suplicándome que te tome”, después Shigeru se lamió los labios tentadoramente y dijo “Sí serás mío completamente”. Entonces su boca se disponía a tomar dentro suyo, el miembro semi-erecto de Itsuki; cuando éste le lanzó un rodillazo que golpeó a Shigeru en el costado derecho de su rostro. El golpe fue tan duro que el de ojo grises vio todo negro por unos segundos. Claro Itsuki no podría abrir ahora una puerta dimensional, ni poder convocar a su criatura, pero eso no quería decir que estaba completamente indefenso a merced de un tipo que sin más ni más quería hacerlo de su propiedad solamente por que tenía según él, el poder para hacerlo. No por nada el youkai había sobrevivido en el Makai, y además había peleado al lado de Sensui.


Después de que se recuperara del golpe, Shigeru muy enfurecido tomó violentamente a Itsuki por el cuello. El youkai de ojos dorados solamente pudo poner una expresión de dolor en su rostro mientras Shigeru apretaba su cuello más duramente. Luego Shigeru, con un enojo reflejado en sus ojos, le dijo “¡Maldito ¿Qué te crees que eres para poder hacerle eso al amo del castillo?!”. A lo que el Itsuki trató de contestar desafiantemente, a pesar de que el aire estaba empezando a faltarle “Al menos sé que no soy una cosa de tu propiedad, jaja”.


Luego Shigeru, tratando de ganar un poco de compostura, inhaló y exhaló profundamente; luego mirando fijamente a Itsuki le dijo “Eso ya lo veremos mi querida criatura... Sí, ya veremos cuanto puedes durar antes de que te doblegue”. Después el señor del castillo lanzó un grito “¡Guardias, vengan de inmediato!”. Y en eso aparecieron cinco hombre vestidos como los soldados que habían traído a Itsuki al castillo.


Shigeru se levantó elegantemente de la cama y soltó el cuello de Itsuki, mientras éste jadeaba tratando de tomar más aire. Después los guardias exclamaron al unísono “¡A sus órdenes señor!”, y Shigeru les ordenó “Desaten a este insolente y llévenlo a las mazmorras del castillo”. A toda prisa los soldados desataron a Itsuki de la cama ,pusieron sus manos sobre su espalda y le pusieron unas esposas de color metálico en sus manos. Pero el youkai trataba de hacer un esfuerzo por liberarse del agarre de los soldados; sin embargo, los soldados eran muy fuertes y eran muchos; y por si fuera poco, esas esposas que le pusieron lo hacían sentirse aún más débil hasta el punto de que creyó que iba a caer inconsciente de nuevo.


Entre dos de los soldados los levantaron de la cama, y lo tenían sostenido uno a cada lado de Itsuki, y ya se lo estaban llevando cuando Shigeru les dijo “Pónganlo en una de las celdas de completa oscuridad y déjenlo ahí hasta que me venga en gana sacarlo de ahí”. Después en un tono furioso les advirtió “Y cuidado con querer tocarlo más de lo debido”. Los soldados asustados por la amenaza de su amo sólo le respondieron afirmativamente a Shigeru antes de llevarse a Itsuki arrastrándolo.


Arrastraron al youkai, por lo que le pareció un largo rato, por los elegantes pasillos del castillo hasta que llegaron a los calabozos, que se veían húmedos y sombríos, Itsuki pensó que ese era un gran contraste con todo lo de más que había podido ver del elegante castillo. Luego los guardias abrieron una puerta de metal de una de las celdas, y lo lanzaron como si de un costal cualquiera se tratara. Unos segundos después, uno de los soldados lo encadenó a la pared; salió y cerró la puerta tras él. Toda la celda estaba completamente oscura. Itsuki cerró sus ojos y cayó en un profundo sueño a causa de esas cadenas hechas del material plateado.


De pronto se escuchó el rechinido de la puerta de metal que estaba siendo abierta por alguien; ese sonido hizo que Itsuki despertara y abriera sus ojos lentamente, ya que la iluminación que entraba por la puerta abierta, le lastimaba los ojos en esa oscuridad. Ya cuando sus ojos se acostumbraron un poco más, pudo ver la silueta de uno de los soldados. El guardia se fue acercando hasta él y le quitó la cadenas plateadas. Itsuki se sorprendió, y tal vez el soldado pudo ver la expresión en su rostro, por que le dijo en tono de burla “No te creas que te has librado de esta tan fácilmente, es sólo que el amo se ha dado cuenta del efecto que este metal plateado tiene sobre ti, y no quiere que estés dormido mientras deberías experimentar la angustia de la total oscuridad”. Y diciendo eso, el soldado le puso ahora unas cadenas doradas para sujetarlo.


Con una sonrisa despectiva, el soldado salió por la puerta, la cerró y todo volvió a ser total oscuridad.


Itsuki estaba atestado de pensamientos acerca de Sensui. El youkai estaba muy triste lamentándose por la pérdida de la persona que tanto amaba. Pero pareciera que el pensar sobre su querido Shinobu, aunque deprimirlo, a la vez lo hacía poder soportar aquel tormento causado por el hombre de los ojos plateados. Sí, su Shinobu siempre le había inspirado a ser fuerte, no sólo por él mismo, si no también para poder estar al lado de Sensui, cuando éste estuviera en un mal momento. Pero ahora, Shinobu ya no estaba a su lado, sin embargo, sabía que Sensui no se sentiría complacido en ver a Itsuki en un estado tan lamentable, y es por eso que el youkai de ojos dorados, sentía que debía soportar; que tenía que salir adelante. Y ese pensamiento era el que lo mantenía cuerdo en esa oscuridad.

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Después de lo que le pareció un día, de ese mundo, completo en la oscuridad, la puerta fue abierta de nuevo, pero esta vez no era un soldado quien la abría, era nada más ni nada menos que el señor del castillo, quien ahora vestía una toga negra con bordados plateados y un cinturón del mismo color. Itsuki solo se le quedó mirándolo, sorprendido de lo apuesto que se veía a quien en su mente llamada –ese maldito loco- , su cabello y sus ojos resaltaban y se veían brillantes aún en la negrura del calabozo. El youkai de ojos dorados se enfureció consigo mismo al darse cuenta del efecto que Shigeru provocaba en él. Luego Itsuki recordó que era por su culpa, que él estaba ahí en la celda y cuando Itsuki estaba sumido en sus pensamientos, Shigeru quien perecía se despertó de muy buen humor le preguntó en tono divertido “¿Cómo has sentido tu estancia aquí, mi querido Itsuki?. Espero que ahora comprendas la diferencia entre ser dócil conmigo, o revelarte contra mi.”.


Sobra decir que ese comentario molestó mucho al youkai, quien le contestó “¡Maldito lunático!, ¿Cómo crees que me la pasé aquí? Además diste la orden de que le estuviera todo el tiempo consciente, sumido en la oscuridad”. Ante tal respuesta a Shigeru le vino un ataque de risa; cosa que enfureció aún más a Itsuki. Después de calmarse, Shigeru se acercó, se hincó donde estaba Itsuki sentado, luego con su mano izquierda acarició el rostro del youkai y le dijo “Mi animal exótico se que te has de estar muriendo de hambre, así que mandé preparar un exquisito banquete para ti”.


Itsuki hizo el ademán de morder la mano de Shigeru, pero éste la apartó en seguida, evitando la mordida del youkai y le dijo “Vaya, vaya ¿Estamos un poco ansiosos no?”. Pero Itsuki enojado le contestó “No tengo necesidad de comer tus alimentos ¡No me importa si me tengo que morir de hambre en esta celda!”. Como respuesta Shigeru le dijo “Ja, ja, ja. No estoy preguntando ¡Es una orden!. Y luego Shigeru chasqueó sus dedos y de inmediato aparecieron cuatro soldados, que levantaron a Itsuki, que aún seguía esposado, y le llevaron arrastrando de nuevo por los corredores del castillo. Itsuki esta forcejeando y les decía a los solados “¡Suélteme, no me toquen!” mentiras éstos lo seguían arrastrando. Shigeru sólo quien iba delante de ellos, veía de reojo la escena muy divertido.


Pararon ante lo que era una gran y elegante puerta con moldura doradas. Entre dos guardias la abrieron de par en par, e Itsuki pudo ver un gran comedor como para 100 personas. Los soldados lo siguieron arrastrando hasta un extremo de la mesa y lo sentaron a la fuerza, mientras lo esposaban a la silla. Después con otro chasquido de sus dedos, los guardias abandonaron el comedor rápidamente, y el señor del castillo tomó asiento en la parte principal de la mesa, a un lado de Itsuki. En el momento en que el youkai iba a protestar, aparecieron cinco hermosos sirvientes vestidos en togas de color salmón. Cada uno iba llevando una bandeja como de bronce, y cada plato contenía alimentos que se veían exquisitos. Los sirvientes pusieron los platillos en la mesa, y después se retiraron haciendo reverencias a Shigeru. A esto Itsuki sólo hizo un ademán de molestia con sus ojos y luego le dijo en tono molesto y frustrado a Shigeru “¿Cómo esperas que coma cuando estoy encadenado a esta silla?”. A lo que Shigeru le respondió con una pícara sonrisa “Tendrás el privilegio de ser alimentado por el señor del castillo”. Itsuki aún molesto le respondió “Privilegio, estás loco”.


Shigeru ya estaba empezando a molestarse por la insolencia que le mostraba ese hombre de ojos dorados. No estaba acostumbrado a esas situaciones, ya que nunca nadie en toda su vida se había atrevido a contradecir sus órdenes. Le exasperaba de sobremanera esa hermosa criatura, pero a la vez, lo excitaba ser contradicho de ven cuando; aunque por su puesto que él iba a demostrar quien era el amo.


“Tengo mi razones para no dejarte morir de hambre” dijo el señor del castillo. “Mis científicos me han dicho que aunque provengas de otro mundo serás capaz de comer y nutrirte con estos alimentos. Luego en tono bastante sensual le dijo al oído “Además ya verás que disfrutarás mucho de esta comida”. Ese comentario, hecho de esa forma, hizo que Itsuki se estremeciera; cosa que notó deleitado Shigeru. El señor del castillo tomó una cuchara adorada con piedras azules en el mango. Y con ella tomó alimento de una de las bandejas, y la puso enfrente de la boca de Itsuki. Pero éste no hacía el ademán de abrirla. Entonces Shigeru metió su mano en la toga de Itsuki, y le comenzó a acariciar el pezón derecho. Eso hizo que el youkai lanzara un gemido de sorpresa y algo de placer. Shigeru aprovechó que Itsuki abrió la boca, y metió la cuchara con el alimento su boca. A Itsuki no le quedó más que tragárselo.


El youkai pudo darse cuenta de que la comida sabía deliciosa, no sabía bien que rea, pero no estaba nada mal. Sin embargo se molestó por la forma en que Shigeru lo estaba alimentado ¿qué se creía?. Itsuki se ruborizó ligeramente, y Shigeru se dio cuenta, por lo que le dijo de nuevo al oído en un tono cadencioso “Te dije que esto sería placentero, así que continua comiendo, mi deliciosa criatura”. El youkai iba a contestarle cuando la mano de Shigeru pasó a acariciar su pezón izquierdo, muy lenta y sensualmente. Itsuki pensó muy enojado –sí que es bueno este maldito loco-. Pero no pudo continuar pensando bien, porque de nuevo gimió y Shigeru aprovechó para poder introducir de nuevo una cucharada de alimento en la dulce boca del youkai.


Itsuki tragó de nuevo el bocado, y para poder calmarse del efecto que Shigeru le hacía sentir, le preguntó a éste “¿Qué acaso no vas a comer?”. Y Shigeru le contestó divertido “No te preocupes por mí, que yo ya he comido... pero me falta mi postre”. Itsuki le contestó de inmediato “¡Yo no estoy preocupado por ti!, es sólo que...”. pero fue interrumpido cuando Shigeru comenzó a lamer y a succionar su cuello.


“Ahh...” fue sonido que dejó los labios de Itsuki. Luego Shigeru le dijo “Que postre más delicioso eres” y continuó satisfaciéndose con el cuello de Itsuki hasta dejarle unas marcas en el cuello. Después tomó otra cucharada de la bandeja y se la dio de comer a Itsuki, aprovechando que aún tenía la boca abierta debido a que estaba jadeando por las caricias que le estaba haciendo Shigeru. Y así continuó por un rato, el señor del castillo alimentando al youkai de ojos dorados. Luego Shigeru tomó con su mano izquierda una copa de cristal que estaba sobre la gran mesa y que estaba llena de un líquido burbujeante y amarillo; Shigeru dio un ligero sorbo a la un tanto espesa bebida, y después puso la copa de cristal cerca de los labios de Itsuki, ofreciéndosela para que éste tomara de ella. Itsuki bebió, y le supo muy agradable el sabor; pero de repente Shigeru le apartó la copa y una línea de líquido se extendía desde la comisura del lado derecho de la boca del youkai, hasta su mentón.


Shigeru aprovechó el incidente para lamer muy despacio aquel líquido que estaba sobre la delicada piel de Itsuki. Éste sólo cerró los ojos ante los atenciones que le proporcionaba Shigeru. Y cuando el de ojos grises terminó por limpiar la piel de Itsuki con lengua, el youkai, tratando de romper el encanto le dijo “¿Qué no hay servilletas en este castillo tan elegante? ¿O es que no las conocen en este mundo?”. A lo que Shigeru lo miró extrañado y después rió. Cuando terminó de reírse le contestó a Itsuki “Por su puesto que las hay ¿Qué clase de incivilizados crees que somos?”. Después comenzó a acariciar el rostro de Itsuki y le dijo muy cerca de su cara “Pero sabe más rico cuando se hace de esta manera”. Itsuki se ruborizó fuertemente. Y Shigeru empezó a acariciar su rostro; luego Shigeru dijo con una sonrisa triunfante “Además me gusta alimentar a mis animales de esta manera. Yo siempre cuido personalmente de mis mascotas, en especial tratándose de un animal tan raro como lo eres tú”.


Itsuki volvió a enfurecerse debido a ese comentario, así que de repente volteó su rostro hacia la dirección donde tenía la mano Shigeru, y le lanzó una fuerte mordida. Y ahora sí que se la dio y con bastante fuerza, a lo que Shigeru gruñó de dolor y apartó la mano de un jalón. Luego con su mano sana, que era la derecha, tomó su mano lastimada por un momento. Después se puso de pie con una mirada casi asesina, y con su mano derecha le dio una fuerte bofetada a Itsuki, tan fuerte el golpe que hasta la silla, donde estaba esposado el youkai, se balanceó casi tirando al pobre de ojos dorados, quien cerró sus hermosas orbes dorada por el dolor que le fue causado.


Después e unos segundos Shigeru se calmó un poco, sólo lo suficiente, como para poder decirle a Itsuki “¡Maldito, pagarás muy caro tu acto de insolencia”. Luego gritó “¡Guardias vengan ahora mismo!”. Y aparecieron cuatro soldados más el jefe de ellos, quien sonrió sarcásticamente al ver la escena entre su amo y el extranjero. Después Shigeru le ordenó al jefe de los soldados “¡Nori, llévense a este tonto insolente a las mazmorras y encadénenlo de nuevo!”. Luego el jefe de los soldados desencadenó a Itsuki de la silla mientras le decía cerca del oído, sin que Shigeru se diera cuenta “Ya verás que aprovecharé mi oportunidad para poder joderte un rato”. Itsuki iba a decir algo, pero Nori lo jaló de repente y se le llevó lo más rápido que puedo a los calabozos, junto con los otros guardias.

FIN DE FLASHBACK



Por fin Itsuki había recordado que habían sido dos ocasiones las que había sido echado a la celda de total oscuridad, debido a que se negaba a ser la mascota de Shigeru. Vaya el tiempo que pasaba en esas celdas, sí que comenzaban a hacerle mella. Que ya ni sabía que día ni que hora era, podía llevar una simple cuenta de los encuentros desastroso que pasaba con Shigeru. Sólo que quedaba esperar de nuevo, que tal vez el señor del castillo estuviera de nuevo de buen humor o que se le olvidara el incidente en el comedor. Pero Itsuki sabía que eso no iba a ser nada fácil, ya que había lastimado el orgullo de Shigeru en dos ocasiones. Tal vez su estadía en la esta oscura celda sería más larga, o quizá ya lo dejarían ahí permanentemente hasta que se volviera loco o hasta que muriera.
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