Entre tu y yo

Titulo: Entre tu y yo
Autora: Earwen Riddle
Pareja: Harry/Draco
Clasificación: PG / R / NC-17
Genero: Romance, ligera angustia
Advertencias: Menciones de violencia, situaciones sexuales.
Negación: Personajes y locaciones pertenecen a JKR y sus asociados. Lo único mío es la trama de la historia. Y no pretendo lucrar con ello.
Msn: earwen_riddle@hotmail.com
AOL: Earwenriddle

Resumen: ver primer capitulo

Dedicado a: Jasmin por su cumpleaños.

Capítulo 4:

Martes, 10 de agosto de 1993

¿Qué hacías en el Callejón Diagon hoy? ¡¿Y sin compañía?!
Estás rematadamente loco. Alguno de los amigos de mi padre te podría haber visto, o mi padre mismo.

Tienes muchas suerte de que tuvo que irse temprano, si hubiera estado conmigo te hubiera visto. Ni siquiera sé porque me quede callado, podría haberle dicho cuando volví a casa. Pero me quedé con esto para mí.

De todas formas aunque le diga donde estas, no podrá hacerte nada. ¿Sabías que tienes por lo menos 4 Aurores siguiéndote?

Seguramente no. Aun no me explico como has sobrevivido tantas veces si ni siquiera eres capaz de darte cuenta cuando eres vigilado. Realmente Potter no haces más que convencerme cada día de que si aun estas vivo es porque tienes una suerte increíble.

Por lo que vi hoy parece que te gusto la nueva escoba. ¿Crees que podrás comprártela? Tal vez así logres romperte el cuello de una vez por todas y librarnos de tu presencia. Claro que eso le quitaría la emoción a mi padre de cazarte para congraciarse con su amo, si es que alguna vez regresa. ¿Crees que este año también trate de matarte?

Se ha hecho costumbre suya. Dos de dos, no creo que desperdicie este año, aunque nunca se sabe, tal vez por fin se dio por vencido. ¡Merlín si mi padre leyera esto estaría en graves problemas!

Insultar de esa manera al “Amo”. Si él aún estuviera vivo seguramente me tocaría ser marcado para navidad después de cumplir los 16, mi padre me lo recuerda cada vez que puede. Deberías verlo con su cara soñadora, imaginándose grandes planes para él y su “hijo”.

En esos momentos recuerda que soy su hijo. Que llevo su sangre y que nos sentimos orgullosos de ser quienes somos.

Pero nunca recuerda que soy una persona, que tal vez no quiera ser un mortífago, que tal vez solo quiera que una vez, tan solo una, me mire y vea a su hijo, no a su heredero.

Potter si eres el héroe que todos creen que eres, vence de una vez por todas a ese genocida y libérame.


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Harry se acomodó en su silla repentinamente incomodo. La creciente necesidad de consolar al autor de esas cartas cada vez se hacía más y más fuerte en su pecho.

Paseó su mirada por las otras mesas de la biblioteca, preguntándose por enésima vez en el día si alguno de ellos sería quien comenzaba a mostrar algo más que odio y rencor. Saltó en su silla cuando sin previo aviso una mano se posó en su hombro.

- Tranquilo Potter, estas un poquito nervioso estos días- se burló el recién llegado.
- ¿Qué quieres Zabini?
- A ti.

Harry se paralizo y seguramente su cara fue muy cómica porque el Slytherin apenas lograba mantenerse serio.

- Potter, Potter, Potter… eres tan inocente.

Harry le dirigió una mirada sucia y apretó los labios enojado.

- ¡Y ese mohín!, Potty eres encantador.
- ¿Qué quieres?- volvió a mascullar Harry.
- No te me pongas bravo, león.
- Zabini…
- Antes me llamaste Blaise.
- Zabini, por si no te has dado cuenta estoy ocupado. ¿Qué quieres?
- Saludar. ¿O está prohibido?

Harry elevo una ceja suspicaz.

- Cuando haces eso te pareces mucho a Draco.
- ¡Genial! Ahora resulta que parezco un relamido, hijito de papi, egocéntrico, petulante que se cree el absoluto ombligo del mundo.- Harry resoplo dramáticamente- La verdad Zabini, tienes un don para hacer cumplidos.
- Gracias Potty- Blaise miró sobre su hombro- Lastima, tengo que irme, nos vemos.

Harry se quedo allí, totalmente sorprendido. ¿Acaso en verdad era Blaise el que le escribía? Últimamente había algunos Slytherin que se comportaban muy extraño.

Zabini lo saludaba cuando se cruzaban entre clases. Crabbe no apartaba su mirada y Goyle parecía estar molesto por algo. Malfoy lo observaba, algo que siempre había hecho y sin duda lo seguía molestando, Parkinson se ocupaba de refrenar a sus compañeros de Casa antes de que se metieran en problemas por estar molestándolo.

Potter tomó su mochila y se encaminó a la Torre de Gryffindor, más confundido de lo que había estado en mucho tiempo.

Susurró la contraseña a la Dama Gorda y entró demasiado concertado en sus pensamientos para reparar en el resto de sus compañeros.

- ¿Lo ves? Ahí va de nuevo- suspiró Ron.
- Ha estado así desde que recibió esas cartas, ¿crees que tengan alguna maldición?

Hermione aclaro su garganta, y se dispuso a recoger sus cuadernos. Sin prestar más atención a la conversación entre Ron y Dean.

- ¡Realmente!- bufó la bruja- Deberían estudiar alguna vez, entonces dejarían de decir estupideces.

Pero la verdad es que ella también estaba muy preocupada por el comportamiento de su amigo. No compartía la teoría de que las cartas contenían algún conjuro, pero estaba segura que las cartas contenían algo que había desestabilizado a Harry.

Golpeó la puerta del dormitorio de los varones, Neville le abrió y la dejo pasar, excusándose salio dejándola sola con el moreno.

- ¿Harry?- dijo acercándose a los doseles cerrados de la cama del Gryffindor. Las cortinas estaban cerradas con un hechizo de privacidad por lo que debió derribarlo para que Harry lo oyera.
- ¡Te dije que no quer… Ah! Eres tu ‘Mione.
- Sí, y ahora vamos a hablar- dijo la bruja acomodándose en sobre la cama y cerrando de nuevo las cortinas.
- ‘Mione ¿no crees que Ron se enojará si sabe que estas en mi cama con un hechizo de privacidad?- trató de bromear él en un intento de hacer que la bruja no lo importunara con preguntas que no quería contestar.
- No estoy para bromas Harry- masculló ella- Estoy, mejor dicho, estamos muy preocupados por ti.
- Te lo dije antes, estoy bien.
- No lo parece. Esas cartas te han cambiado el carácter.

Harry bufó, sabía que le recriminarían el poco tiempo que pasaba con ellos por estar leyendo esas cartas.

- Los chicos incluso están considerando que tiene algún tipo de poción, o incluso alguna maldición para volverte loco.

Harry apenas pudo contener una risita.

- No es broma Harry, están muy preocupados- dijo ella acercándose y acomodándole un mechón de cabello- Yo lo estoy. Desde que recibiste esas cartas pasa casi todo el día leyéndolas, apenas hablas con nosotros y pasas el día distraído.

Harry podía sentir la preocupación, incluso el miedo en la voz de su amiga. La atrajo a un abrazo apretado, haciendo que se sentara a su lado.

- Te lo digo en serio ‘Mione, estoy bien- susurró al cabo de un momento- Es solo que esas cartas me confunden.

Ante la mirada alarmada de su amiga se apresuro a corregirse.

- Son del hijo de un mortífago, pero si pasas por alto los insultos puedes ver que ellos lo tienen mucho peor que cualquiera de nosotros. Muchos de ellos estoy seguro que ni siquiera querrían tener la marca.
- ¿Te has puesto a pensar que tal vez esas cartas te las enviaron justamente para confundirte?
- Pero…
- Míralo de esta forma: te muestran una niñez solitaria, con dolor y tristeza. Te hacen identificarte con ella. Terminas convencido que los Mortífagos no son tan malos, solo son niños confundidos por los adultos que los criaron. Y luego, ¿como esperas levantar tu varita contra ellos o cualquiera de sus hijos, si lo que habrá en tu mente es que ellos son las victimas?


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