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Nunca juegues con un escorpión
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Spanish › Originals
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Adult ++
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Disclaimer:
This is a work of fiction. I do not know the celebrity I am writing about. I do not make any money from the writing of this story.
Pay de Manzana (Segunda Parte)
Capítulo VI
Pie de Manzana (Segunda Parte)
- Adoro esa canción, me trae tantos buenos recuerdos…
-Lo sé a mí también
Los chicos permanecían de pie frente a la chimenea de la casa, Gael mantenía sus manos dentro de sus bolsillos y Marco estaba recargado en el costado de uno de los sillones. De pronto Gael se acercó a Marco.
-¿Bailamos?
-Jajaja, bueno, nunca he bailado con otro hombre
-¿De verdad? Yo creí que si…
-No, pero es lindo de tu parte y si quiero
Los muchachos comenzaron a bailar lentamente al ritmo de aquella canción. Aquel disco contenía 20 versiones diferentes de Fly me to the Moon.
-Soy torpe- dijo Marco
-No, sólo me has pisado 2 veces, no eres torpe…
-Si lo soy, jajajaja
-Bueno, dejemos el baile si quieres
Marco asintió con la cabeza, pero a pesar de que sus pies se detuvieron, su postura no cambió en los siguientes 5 segundos, en los cuales, Marco miró a Gael y Gael miró a Marco, ambos, sumergidos bajo el encanto de aquella canción, entendieron que el momento perfecto se había presentado.
*
-Ya llegamos
-Es una lástima que este lloviendo
-Bien, entonces vamonos
-¡¿Qué?! Estás loca, digo que es una pena, porque tendremos que mojarnos.
-No, yo ya me voy, me dan resfriados con mucha frecuencia y tu lo sabes
-¡Dana! Sin ti no será divertido
-Bueno, baja tú y yo aquí te espero para que me digas como es, ¿va?
-Mmmm…, esperaré 5 minutos a que baje la lluvia, si baja lo suficiente, bajarás conmigo.
-Bien, de acuerdo
*
Los ojos de Marco brillaban con si fueran 2 verdes estrellas, Gael lo miraba como si fuera lo más hermoso que había visto en toda su vida.
-Te amo
- Yo también te amo
Habían dejado de estar en la Tierra, todo se veía igual, pero algo dentro de ellos les decía que el mundo no era el mismo que el de hacía 10 minutos. De manera lenta y muy dulce, se acercaron un poco más y se besaron.
El beso que se dieron sabía como al agua que se toma después de una tarde soleada de sed, como la comida que te llevas al estómago cuando el hambre comienza a consumir todo tu cuerpo, como el beso que más habían esperado a lo largo de su relación.
Las manos de Gael se deslizaban sobre los brazos de Marco, quien se estremecía de la calidez que sentía. Marco regaló un dulce beso en la mejilla a su amado, beso que se fue deslizando hasta su cuello. La piel de ambos estaba completamente erizada y un extraño deseo de llorar les atormentaba la mirada, su felicidad era demasiada.
Poco a poco se fueron desprendiendo de las camisas que cubrían sus espaldas. Gael besaba el hombro derecho de Marco mientras él, devorado por el éxtasis, le arañaba ligeramente la espalda.
- Todo es tan mágico- susurró Gael
- Lo sé- respondió Marco
Marco besó a Gael en los labios y lo abrazó con fuerza. Gael lo tomó de la cintura y llevó poco a poco el cuerpo al suelo. De pronto, el cuerpo de Marco yacía bajo el de Gael, quien estaba ligeramente hincado junto a él. Se miraron de nuevo a los ojos.
Gael le besó lentamente el cuello a Marco, poco a poco fue descendiendo hasta su pecho, siguió bajando hasta su abdomen y una vez ahí, volvió a mirarlo a los ojos.
- Te amo y te necesito Marco
-Y yo a ti Gael
Gael bajó la mirada y desabrochó el cinturón, el botón y la cremallera del pantalón de Marco. Marco sintió un poco de ansiedad por no hacer nada y se enderezó.
-Ven un segundo más
-OK, jaja
Ambos mantenían la misma posición, estaban sentados en el piso con las piernas de lado y los pies hacia atrás. Marco tomó a Gael del cuello y le besó los labios. Se aproximó a la oreja derecha y soltó un poco de aire de su boca. La piel de Gael se erizó el doble. Marco le besaba el cuello dulcemente. Gael liberaba algunos gemidos de placer.
*
La lluvia seguía, la música también. Dana y Mariana permanecían en el automóvil pues la lluvia seguía siendo muy fuerte.
- Mejor ya vamonos
-Bueno yo bajo rápido
Mariana bajó corriendo del automóvil y abrió la reja. Marco y Gael no alcanzaron a escuchar nada, pues la lluvia, la música y la magia que los rodeaba, los había dejado sordos para el mundo exterior.
- Qué romántico, Fly to the Moon… -pensaba Mariana por lo poco que alcanzaba a escuchar- eres una curiosa de lo peor, pero bueno, veamos, ¿por dónde me puedo asomar?- en eso, alcanzó a ver un pequeño espacio descubierto en la ventana.
*
Marco dejó de besar el cuello de Gael, quien al reaccionar, colocó una de sus manos en la espalda de Marco, y la otra mano la colocó en su abdomen (de Marco, ˆ-ˆ). Lo empujó ligeramente para que se recostara. Una vez acostado Marco en al piso, Gael deslizó hacia fuera la mano que había quedado atrapada entre el piso y la espalda del muchacho, esta caricia provocó que Marco se estremeciera y brincara un poco. Gael volvió a besarle lentamente el abdomen y siguió bajando, bajó muy despacio los pantalones y la ropa interior de Marco. Al mismo tiempo iba besando la piel que iba quedando descubierta. Lo desvistió por completo y regresó sus labios a los labios de Marco.
*
- Vaya, creo que los sorprendí en un momento muy íntimo. ¿Cómo le harán? Me pregunto si será cierto lo que dicen sobre los gays, de cómo hacen sus cositas… me dan ganas de ver, pero, no… eso está mal. Bueno, no pasa nada si veo un poco. El noviecito se ve bastante atractivo de atrás, ojalá también lo sea por delante. Es una lástima que sea gay, con ese cabello tan perfecto y tan rizado…
*
Marco no podía creerlo, era más perfecto de lo que pudo alguna vez pensar. Volvió a enderezarse y quedando de frente con Gael, bajó la mirada y comenzó a quitarle las prendas que todavía les impedían unirse por completo.
Una vez que quitó aquellas prendas del camino, comenzó a darle uno de los mayores placeres que podía darle a Gael, el sexo oral.
*
-Ese muchacho… siento que lo he visto en otro lado, pero lo empañado de la lluvia no me deja ver bien. Esto me está haciendo sentirme extraña, por alguna razón me agrada ver a estos hombres teniendo sexo, al menos a mi cuerpo parece agradarle mucho.
*
-Maaarco, eres el hooombre más…oh!, el hombre más perfectoo que… mmm… he conocidoo en toda mi…ahhh… vida…
-¿Estás seguro esta vez?
-Si
Marco tomó a Gael de la cintura y le dio un beso en los labios antes de girarlo lentamente boca abajo.
-Si te llega a doler demasiado o te lastimo…
-Sólo hazlo
Poco a poco Marco hizo suyo a Gael, poco a poco para no lastimarle o causarle dolor, poco a poco para demostrarle su gran cariño, poco a poco para poder llegar al cielo.
Poco a poco fue acelerando, poco a poco fue incrementando el sudor, poco a poco hasta que sucedió.
Marco y Gael eran uno solo, lo que sentían había sido inimaginable para ellos en el pasado y era tan hermoso.
Después de lo ocurrido, Gael y Marco se abrazaron y descansaron unos minutos
*
- Debería de irme ya, esta lluvia me va a hacer daño… pero sentí tanto placer al verlos, que me da curiosidad ver si lo vuelven a hacer… pero, no, ya debería irme. La lluvia fría del camino de aquí al carro debe de calmarme y bajar mi temperatura corporal.
No sé que me pasó.
*
-Eso fue maravilloso
-¿Quieres intentarlo tú?
-Pero yo no sé
-Pues vas a aprender
Gael se llenó de energía cuando escuchó a Marco decirle eso. Marco sería su maestro, nadie podía ser mejor maestro que él.
-Es igual que con una mujer sólo que un poco diferente por obvias razones
-Bien lo intentaré
-Sé que lo harás bien, eres un excelente amante
Gael no pudo evitar darle un gran beso a Marco cuando le escuchó esas palabras. Su corazón latía tan rápido, su respiración seguía estando tan acelerada y su ser seguía deseando tanto a Marco. La sed de uno por el otro era demasiada para seguir descansando.
Poco a poco Gael hizo suyo a Marco, poco a poco para no lastimarle o causarle dolor, poco a poco para demostrarle su gran cariño, poco a poco para poder llegar al cielo.
Poco a poco fue acelerando, poco a poco fue incrementando el sudor, poco a poco hasta que sucedió.
*
Mariana volvió al automóvil, subió y apenas pudo verle a los ojos a Dana.
-Te tardaste mucho
-Perdón
-¿Estás bien? Luces extraña, como si hubieras visto a un fantasma
-Si, estoy bien
-¿Cómo es el muchacho?
-No lo pude ver muy bien porque la lluvia empañó el cristal, pero se veía bastante guapo y tiene el cabello muy rizado
-¿De verdad? Que curioso
-¿Qué?
- Pues, pensaba en que si un día llegáramos a salir Marco, su novio, Gael y yo, habrían dos muchachos muy rizados.
- Sólo tú te pones a pensar en eso
-Si, perdón, bueno, ya vamonos, ya me aburrí de esperarte.
-Lo siento, me tardé porque no veía bien
-¿Y qué hacían?
- Comían
-¿Pie de manzana?
- Si, creo, no vi muy bien
Dana arrancó el automóvil y llevó a Mariana a su casa.
Cuando Mariana llegó a su casa, seguía demasiado afectada por lo que le había pasado.
Entró en su solitaria habitación y se recostó en su cama. Tomó el control de la televisión y buscó entre la lista de canales alguna película o programa para adultos. Se metió bajo las cobijas y apagó la luz.
Dana llegó a su casa y recordó el corto momento que estuvo en brazos de Gael la noche de su cumpleaños. Sintió un vacío muy grande que poco a poco sus pensamientos convirtieron en la sensación que había tenido en el estómago aquel día que Gael le dijo que tenía una pareja nueva.
Pie de Manzana (Segunda Parte)
- Adoro esa canción, me trae tantos buenos recuerdos…
-Lo sé a mí también
Los chicos permanecían de pie frente a la chimenea de la casa, Gael mantenía sus manos dentro de sus bolsillos y Marco estaba recargado en el costado de uno de los sillones. De pronto Gael se acercó a Marco.
-¿Bailamos?
-Jajaja, bueno, nunca he bailado con otro hombre
-¿De verdad? Yo creí que si…
-No, pero es lindo de tu parte y si quiero
Los muchachos comenzaron a bailar lentamente al ritmo de aquella canción. Aquel disco contenía 20 versiones diferentes de Fly me to the Moon.
-Soy torpe- dijo Marco
-No, sólo me has pisado 2 veces, no eres torpe…
-Si lo soy, jajajaja
-Bueno, dejemos el baile si quieres
Marco asintió con la cabeza, pero a pesar de que sus pies se detuvieron, su postura no cambió en los siguientes 5 segundos, en los cuales, Marco miró a Gael y Gael miró a Marco, ambos, sumergidos bajo el encanto de aquella canción, entendieron que el momento perfecto se había presentado.
*
-Ya llegamos
-Es una lástima que este lloviendo
-Bien, entonces vamonos
-¡¿Qué?! Estás loca, digo que es una pena, porque tendremos que mojarnos.
-No, yo ya me voy, me dan resfriados con mucha frecuencia y tu lo sabes
-¡Dana! Sin ti no será divertido
-Bueno, baja tú y yo aquí te espero para que me digas como es, ¿va?
-Mmmm…, esperaré 5 minutos a que baje la lluvia, si baja lo suficiente, bajarás conmigo.
-Bien, de acuerdo
*
Los ojos de Marco brillaban con si fueran 2 verdes estrellas, Gael lo miraba como si fuera lo más hermoso que había visto en toda su vida.
-Te amo
- Yo también te amo
Habían dejado de estar en la Tierra, todo se veía igual, pero algo dentro de ellos les decía que el mundo no era el mismo que el de hacía 10 minutos. De manera lenta y muy dulce, se acercaron un poco más y se besaron.
El beso que se dieron sabía como al agua que se toma después de una tarde soleada de sed, como la comida que te llevas al estómago cuando el hambre comienza a consumir todo tu cuerpo, como el beso que más habían esperado a lo largo de su relación.
Las manos de Gael se deslizaban sobre los brazos de Marco, quien se estremecía de la calidez que sentía. Marco regaló un dulce beso en la mejilla a su amado, beso que se fue deslizando hasta su cuello. La piel de ambos estaba completamente erizada y un extraño deseo de llorar les atormentaba la mirada, su felicidad era demasiada.
Poco a poco se fueron desprendiendo de las camisas que cubrían sus espaldas. Gael besaba el hombro derecho de Marco mientras él, devorado por el éxtasis, le arañaba ligeramente la espalda.
- Todo es tan mágico- susurró Gael
- Lo sé- respondió Marco
Marco besó a Gael en los labios y lo abrazó con fuerza. Gael lo tomó de la cintura y llevó poco a poco el cuerpo al suelo. De pronto, el cuerpo de Marco yacía bajo el de Gael, quien estaba ligeramente hincado junto a él. Se miraron de nuevo a los ojos.
Gael le besó lentamente el cuello a Marco, poco a poco fue descendiendo hasta su pecho, siguió bajando hasta su abdomen y una vez ahí, volvió a mirarlo a los ojos.
- Te amo y te necesito Marco
-Y yo a ti Gael
Gael bajó la mirada y desabrochó el cinturón, el botón y la cremallera del pantalón de Marco. Marco sintió un poco de ansiedad por no hacer nada y se enderezó.
-Ven un segundo más
-OK, jaja
Ambos mantenían la misma posición, estaban sentados en el piso con las piernas de lado y los pies hacia atrás. Marco tomó a Gael del cuello y le besó los labios. Se aproximó a la oreja derecha y soltó un poco de aire de su boca. La piel de Gael se erizó el doble. Marco le besaba el cuello dulcemente. Gael liberaba algunos gemidos de placer.
*
La lluvia seguía, la música también. Dana y Mariana permanecían en el automóvil pues la lluvia seguía siendo muy fuerte.
- Mejor ya vamonos
-Bueno yo bajo rápido
Mariana bajó corriendo del automóvil y abrió la reja. Marco y Gael no alcanzaron a escuchar nada, pues la lluvia, la música y la magia que los rodeaba, los había dejado sordos para el mundo exterior.
- Qué romántico, Fly to the Moon… -pensaba Mariana por lo poco que alcanzaba a escuchar- eres una curiosa de lo peor, pero bueno, veamos, ¿por dónde me puedo asomar?- en eso, alcanzó a ver un pequeño espacio descubierto en la ventana.
*
Marco dejó de besar el cuello de Gael, quien al reaccionar, colocó una de sus manos en la espalda de Marco, y la otra mano la colocó en su abdomen (de Marco, ˆ-ˆ). Lo empujó ligeramente para que se recostara. Una vez acostado Marco en al piso, Gael deslizó hacia fuera la mano que había quedado atrapada entre el piso y la espalda del muchacho, esta caricia provocó que Marco se estremeciera y brincara un poco. Gael volvió a besarle lentamente el abdomen y siguió bajando, bajó muy despacio los pantalones y la ropa interior de Marco. Al mismo tiempo iba besando la piel que iba quedando descubierta. Lo desvistió por completo y regresó sus labios a los labios de Marco.
*
- Vaya, creo que los sorprendí en un momento muy íntimo. ¿Cómo le harán? Me pregunto si será cierto lo que dicen sobre los gays, de cómo hacen sus cositas… me dan ganas de ver, pero, no… eso está mal. Bueno, no pasa nada si veo un poco. El noviecito se ve bastante atractivo de atrás, ojalá también lo sea por delante. Es una lástima que sea gay, con ese cabello tan perfecto y tan rizado…
*
Marco no podía creerlo, era más perfecto de lo que pudo alguna vez pensar. Volvió a enderezarse y quedando de frente con Gael, bajó la mirada y comenzó a quitarle las prendas que todavía les impedían unirse por completo.
Una vez que quitó aquellas prendas del camino, comenzó a darle uno de los mayores placeres que podía darle a Gael, el sexo oral.
*
-Ese muchacho… siento que lo he visto en otro lado, pero lo empañado de la lluvia no me deja ver bien. Esto me está haciendo sentirme extraña, por alguna razón me agrada ver a estos hombres teniendo sexo, al menos a mi cuerpo parece agradarle mucho.
*
-Maaarco, eres el hooombre más…oh!, el hombre más perfectoo que… mmm… he conocidoo en toda mi…ahhh… vida…
-¿Estás seguro esta vez?
-Si
Marco tomó a Gael de la cintura y le dio un beso en los labios antes de girarlo lentamente boca abajo.
-Si te llega a doler demasiado o te lastimo…
-Sólo hazlo
Poco a poco Marco hizo suyo a Gael, poco a poco para no lastimarle o causarle dolor, poco a poco para demostrarle su gran cariño, poco a poco para poder llegar al cielo.
Poco a poco fue acelerando, poco a poco fue incrementando el sudor, poco a poco hasta que sucedió.
Marco y Gael eran uno solo, lo que sentían había sido inimaginable para ellos en el pasado y era tan hermoso.
Después de lo ocurrido, Gael y Marco se abrazaron y descansaron unos minutos
*
- Debería de irme ya, esta lluvia me va a hacer daño… pero sentí tanto placer al verlos, que me da curiosidad ver si lo vuelven a hacer… pero, no, ya debería irme. La lluvia fría del camino de aquí al carro debe de calmarme y bajar mi temperatura corporal.
No sé que me pasó.
*
-Eso fue maravilloso
-¿Quieres intentarlo tú?
-Pero yo no sé
-Pues vas a aprender
Gael se llenó de energía cuando escuchó a Marco decirle eso. Marco sería su maestro, nadie podía ser mejor maestro que él.
-Es igual que con una mujer sólo que un poco diferente por obvias razones
-Bien lo intentaré
-Sé que lo harás bien, eres un excelente amante
Gael no pudo evitar darle un gran beso a Marco cuando le escuchó esas palabras. Su corazón latía tan rápido, su respiración seguía estando tan acelerada y su ser seguía deseando tanto a Marco. La sed de uno por el otro era demasiada para seguir descansando.
Poco a poco Gael hizo suyo a Marco, poco a poco para no lastimarle o causarle dolor, poco a poco para demostrarle su gran cariño, poco a poco para poder llegar al cielo.
Poco a poco fue acelerando, poco a poco fue incrementando el sudor, poco a poco hasta que sucedió.
*
Mariana volvió al automóvil, subió y apenas pudo verle a los ojos a Dana.
-Te tardaste mucho
-Perdón
-¿Estás bien? Luces extraña, como si hubieras visto a un fantasma
-Si, estoy bien
-¿Cómo es el muchacho?
-No lo pude ver muy bien porque la lluvia empañó el cristal, pero se veía bastante guapo y tiene el cabello muy rizado
-¿De verdad? Que curioso
-¿Qué?
- Pues, pensaba en que si un día llegáramos a salir Marco, su novio, Gael y yo, habrían dos muchachos muy rizados.
- Sólo tú te pones a pensar en eso
-Si, perdón, bueno, ya vamonos, ya me aburrí de esperarte.
-Lo siento, me tardé porque no veía bien
-¿Y qué hacían?
- Comían
-¿Pie de manzana?
- Si, creo, no vi muy bien
Dana arrancó el automóvil y llevó a Mariana a su casa.
Cuando Mariana llegó a su casa, seguía demasiado afectada por lo que le había pasado.
Entró en su solitaria habitación y se recostó en su cama. Tomó el control de la televisión y buscó entre la lista de canales alguna película o programa para adultos. Se metió bajo las cobijas y apagó la luz.
Dana llegó a su casa y recordó el corto momento que estuvo en brazos de Gael la noche de su cumpleaños. Sintió un vacío muy grande que poco a poco sus pensamientos convirtieron en la sensación que había tenido en el estómago aquel día que Gael le dijo que tenía una pareja nueva.