Itsuki y Sensui
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Spanish › Anime
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Adult
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Disclaimer:
I do not own the anime/manga that this fanfiction is written for, nor any of the characters from it. I do not make any money from the writing of this story.
Otra visita en la prisión
Advertencia: este es un fic del género yaoi, ya saben relación hombre con hombre. Y quiero aclarar que no saco ganancias con esta historia. No son de mi propiedad Itsuki ni Sensui, ni ninguno de los personajes de YuYuHakusho, pero todos los demás personajes y lugares son de mi propia creación. Bueno eso es todo así que a leer el fic : )
CAPITULO 6: OTRA VISITA EN LA PRISIÓN
Itsuki sentía como si de un momento a otro fuera a desaparecer dentro de esa terrible oscuridad. Se sentía bastante cansado, debía de ser a causa de llevar puestos tanto tiempo, esos extraños metales, que lo hacían sentirse raro y débil. Sentía como si de un momento a otro fuera a caer inconsciente. Y pensó que talvez eso sería mejor. Talvez así dejaría de ser atormentado por la muerte de su amado Shinobu, a quien nunca le dijo que lo amaba. A lo mejor así descansaría de los juegos que Shigeru jugaba con él. Pero luego Itsuki pensó que tal vez aún estando inconsciente, podría tener pesadillas que no lo dejarían descansar. Así que a pesar de todo, trataba de seguir aferrado a mantenerse despierto.
Y fue en esos momentos que esculló que la puerta de metal de la celda, esta siendo abierta. Itsuki cerró los ojos imaginándose que se trataba del señor del castillo, quien quería tratar de someterlo y de paso entretenerse un poco con él. Por lo que el youkai empezó a decir “Shigeru...” cuando escuchó que la puerta ahora estaba siendo cerrada. Luego Itsuki abrió sus ojos y puedo ver que no era el señor del castillo Sakai quien había entrado a la celda; era alguien más, pero Itsuki no podía ver de quien se trataba exactamente, debido a la oscuridad que llenaba la celda.
Y fue entonces cuando vio que aquella persona que había entrado, encendió una especie de lámpara de cristal, que iluminaba debido a una pequeña bola luminosa, que a pesar de su diminuto tamaño, alumbraba con gran claridad toda la celda. Los ojos de Itsuki se acostumbraron después de unos segundos, al cambio en la iluminación del interior de la celda, pero antes de poder ver bien a aquélla persona vio a un hombre de cabello largo, de color azul oscuro que estaba amarrado en una cola de caballo, y sus ojos verdes como esmeraldas; ese hombre era bastante apuesto y además, vestía una de las armaduras negras de los guardias del castillo, sólo que su armadura estaba adornada con relieves dorados, mientras que las de los demás soldados eran plateados. En el lado izquierdo de su armadura llevaba una espada larga, con un empuñadura negra, adornada con lo que parecían piedras preciosas de ese mundo. Y la frente de aquel hombre estaba cubierta por una cinta de color rojo tan intenso como sangre.
Cuando los ojos dorados de Itsuki se acostumbraron por completo a la nueva iluminación, el youkai puedo percatarse que esa persona no era más ni nada menos que Nori, el jefe de los soldados. Itsuki se sentó lo más erguidamente que las cadenas que lo ataban a la pared se lo permitieron. Tratando de tomar una postura a la defensiva, Itsuki le dijo al jefe delos soldados “Veo que tu amo te ha enviado a sacarme de nuevo”, luego continuó diciendo en tono sarcástico “¿Qué acaso no se cansa de sus cambios de humor”. Luego fue el turno de Nori para reír mientras le respondía “El amo no me ha enviado, el amo está ocupado ahora con sus científicos, y así lo estará por buen rato” terminó de decir Nori con una sonrisa de placer en su rostro.
“Entonces ¿qué...” fue lo que empezó a decir Itsuki cuando Nori se puso de rodillas enfrente de él. Para lo que Nori le dijo “Ya te había dicho que vendría a visitarte para poder joderte un rato”. Nori posó su mano sobre la rodilla izquierda de Itsuki mientras la acariciaba lentamente. Pero Itsuki movió de si rodilla de repente tratando de librarse de la caricia hecha por Nori, cosa que no le agradó mucho al jefe de los soldados. Después Itsuki le dijo “¡Cuando tu amo se entere no creo que te vaya a ir muy bien Nori!”. Pero el jefe de los soldados solamente rió ante lo que le dijo el youkai, y le contestó “Shigeru no tendrá porque enterarse de esto, además tal vez tú no puedas decirle nada si primero de corto la garganta”. Luego Nori tomó a Itsuki por el cuello y le dijo “Si el amo pregunta que fue lo que te pasó, le diré que tratabas de escapar y que moriste mientras te detenía, je, je”. Luego Itsuki le dijo “Eres un...” pero fue interrumpido por Nori quien lo besó a la fuerza.
Era un beso brusco y lleno de lujuria que estaba lastimando los suaves labios del youkai. Incluso, dejándose llevar por su libido, Nori le cortó el labio inferior a Itsuki, haciéndolo sangrar ligeramente. El youkai dejó escapar de su boca un gemido de dolor anta tal acto; y fue cuando el jefe de los soldados aprovechó para introducir su hambrienta lengua dentro de la boca de Itsuki. Nori frotaba se lengua contra la del youkai de ojos dorados. Pareciera que el hombre del cabello azul oscuro, quisiera robar todo el aire de los pulmones de Itsuki, quien se estaba sintiendo más mareado de lo que ya estaba.
Pero incluso Nori tuvo que apartarse para respirar. Itsuki no podía hacer mucho debido a que estaba encadenado al muro, de brazos y piernas. Ahora no era como con Shigeru, cuando podía moverse un poco más y tratar de no dejar que hiciera con él lo que le viniera en gana. Nori aprovechó que Itsuki tratar de tomar aire, y comenzó a lamer la sangre que escurría del dulce labio inferior del de ojos dorados. Luego Nori fue subiendo con su lengua por el rostro de Itsuki, hasta llegar a su oído, y después empezó a morder el lóbulo de la oreja derecha de Itsuki.
Nori chupaba y mordía de una manera lasciva, pero a veces mordía tan fuertemente a Itsuki, que éste lanzaba uno que otro gemido; y eso excitaba mucho al de la armadura negra. Sí le encantaba poder hacerle eso al animal exótico de su amo. Pero lo que más le gustaba era poder tener a esa rara criatura para él solo, y tenerla encadenada para poder hacer con él lo que quisiera; para poder violarlo hasta que toda su lujuria estuviera saciada.
Luego con su manos, Nori desgarró de un jalón la parte superior del traje de Itsuki. El youkai gimió ante la sorpresa y Nori empezó a lamer sus tetillas ahora que ya no había prenda que le estorbara, luego excitándose más ahora empezó a morderlas, haciendo que Itsuki gimiera de dolor y cerrara sus ojos. Después Nori le dijo en tono ronco “Me encanta que gimas de dolor y placer por lo que te estoy haciendo” y luego arañó con su mano el pecho de Itsuki, quien sólo pudo arquear su espalda. Después Itsuki hizo algo que no había hecho desde que llegó a ese mundo, suplicó, le suplicó a Nori que parara, le dijo “Detente me lastimas” “Aah...”. Pero Nori en vez de hacerle caso, mordió su pezón izquierdo con más fuerza, y hasta lo hizo sangrar. Luego el jefe de los soldados empezó a lamer de nuevo la sangre de Itsuki. Nori lo miró a los ojos y le dijo “No sabes como excita que me supliques” Itsuki podía ver lujuria reflejada en aquellos ojos verde esmeralda, que ahora se veían caso negros debido a la excitación del jefe de los soldados.
Nori paró por un momento, Itsuki pensó que por fin lo dejaría en paz, pero Nori solamente comenzó a quitarse la parte superior de su armadura, y la puso a un lado para a continuación seguir torturando sensual y bruscamente a Itsuki. Nori siguió descendiendo por el pecho del youkai hasta llegar a la parte donde comenzaba el pantalón de éste. Itsuki lo vio aterrorizado, haciendo con la cabeza un movimiento de “no”, pero el jefe de los soldados rió de nuevo para después bajar de jalón las prendas del youkai, y aventarlas hacia un lado.
Itsuki no lleva ropa interior, así que Nori pudo ver las partes íntimas del youkai. Falta decir que a Nori se le hacía agua la boca, por lo que no tenía la más mínima intención de primero preparar a Itsuki para que no le doliera el acto sexual a éste. No eso no le importaba en lo más mínimo, el jefe de los soldados solamente quería satisfacer sus deseos con la exótica criatura, qué le importaba si el otro quería o no o si sufría.
El cuerpo de Itsuki se tensó al adivinar lo que le haría a continuación aquel hombre. Pensaba violarlo hasta el cansancio de la manera más brusca. Nori tomó las piernas de Itsuki por los tobillos y luego las levantó para ponerlas sobre sus hombros. Itsuki sólo pudo suplicarle una vez más “Por favor... no lo hagas”. Pero Nori no le hizo el menor caso, sólo le respondió moviendo su cabeza en gesto negativo y le dijo “Por su puesto que no haré eso, no ahora que ya te tengo y que haré lo que quiera contigo”. Luego Nori retiró la parte inferior de su armadura y después cerró sus ojos mientras comenzaba a acariciar el húmedo bulto que se veía debajo de sus pantalones.
Itsuki apretó sus párpados, ahora iba a ser violado en un sucio calabozo y lo más seguro es que Nori lo mataría después de saciarse. Bueno tal vez si moría Itsuki podría reunirse con su amado Shinobu, y tal vez le confesaría su amor a Sensui, y quizás este lo aceptaría aún después de que hubiera sido tomado por otro. Sí Itsuki pensó que tal vez eso sería lo mejor, cuando el youkai ya estaba resignando, un repentino pensamiento pasó por su mente pensó “Y que tal si eso no es lo mejor?” “¿Qué tal si no encuentro a Shinobu en el más allá?”. Itsuki abrió sus ojos alarmado ante tal idea que hizo latir rápidamente su corazón.
Nori ya estaba a punto de penetrarlo cuando de repente la puerta de metal de la celda fue abierta bruscamente, resonando en el calabozo. En la entrada estaba Shigeru con una mirada de lo más furiosa. Los ojos de Nori se abrieron ante la sorpresa; no se esperaba ver al señor del castillo en esos momentos. Nori iba abrir la boca para decirle algo pero Shigeru no se lo permitió al exclamar él “¡¿Qué demonios crees que estas haciendo?! ¿Eh? ¡Contéstame Nori!”. Una fuerte corriente de viento helado entró por la puerta abierta de la celda, y apagó la linterna de cristal que iluminaba el lugar. Sin embargo, dentro de unos pocos segundos la celda fue alumbrada por resplandor de un relámpago, parecía que esos relámpagos eran de mucha más duración que en el mundo humano. Luego se escuchó un fuerte trueno; parecía que una tormenta se aproximaba.
Después, otro relámpago iluminó la prisión y se podía apreciar muy bien escena; la furia en los ojos de Shigeru parado como una rígida estatua en la entrada de la celda, Nori tomando las piernas de Itsuki y levantándolas por sus enjoyados tobillos, Itsuki sangrando por la comisura de su labio inferior y pecho maltratado. Luego Nori trató de decirle algo a su amo “Mi amo... es que... es solo que... yo no...” pero el jefe de los soldados no podía terminar sus enunciados; por lo que Shigeru decidió ayudarlo un poco “¿Es que qué? ¿Quieres decir que estabas a punto de joderte a mi animal exótico?” “¿Es sólo que... ¿Querías tener un poco de diversión a mis espaldas, con lo que me pertenece?” “¿Es qué tú no te esperabas que yo viniera ahora a la prisión?” “¿Eh, es eso?” “Pues si es así, que me imagino son las respuestas correctas, no te dejaré escapar de aquí...” y luego Shigeru sonrió al decir “Con vida”.
En eso Nori dejó caer al suelo las piernas de Itsuki, y trató de explicar algo, pero Shigeru fue rápido y desenvainó la espada que lleva en su costado; y luego toda la celda quedó a oscuras debido a que el resplandor del relámpago había pasado, aunque aún era un poco iluminada por las linternas que había fuera de la celda.
Itsuki escuchó el rápido sonido de una espada que atravesó a un cuerpo, y luego el quejido de la persona que fue herida por el arma afilada, y por último el brotar de la sangre y el caer de un cuerpo inerte al piso. Itsuki pudo sentir que un líquido mojaba sus pies y corría por el piso de la celda.
Otro relámpago alumbró la celda e Itsuki pudo ver el cuerpo sin vida de Nori cubierto de sangre y tendido en el piso. Itsuki pudo ver la mirada sin emociones en el rostro de Shigeru, y éste después agitó su espada en el aire para sacudir la sangre de Nori que se había quedado impregnada en la filosa arma. A continuación, Shigeru aún con la mirada dura, envainó su espada y después, se quitó una capa negra que llevaba sobre sus hombros, luego se hincó en su rodilla derecha y cubrió a Itsuki con ella.
El youkai de ojos dorados lo miró un tanto desconcertado debido a todo lo que le había pasado o casi pasado, pero lo que aún lo asombraba más era el comportamiento que había mostrado Shigeru, como si no sintiera nada además de furia al matar al que era el jefe de su ejército. Itsuki abrió sus boca para decirle algo pero Shigeru mandó llamar a varios soldados que llegaron a toda velocidad a la celda y a quienes luego les dijo “Miren ese cuerpo que está delante de ustedes”. Los soldados vieron horrorizados que se trababa del cadáver de su jefe, luego Shigeru les dijo “Eso le pasa a cualquiera que no se atreva a obedecer mis órdenes ¡¿Entienden?!”. Y los soldados solo asintieron con su cabeza, mirando atemorizados el cuerpo ensangrentado de su jefe.
Después Shigeru les dijo a dos soldados que fueran y buscaran a dos sirvientes. No tardaron ni medio minuto cuando estos arribaron, Shigeru les ordenó a los dos soldados “Desencadenen del muro al prisionero, pero dejen sus manos encadenadas entre sí”. Luego volteando a ver a los sirvientes les dijo “Quiero que preparen la habitación principal y alisten el baño”. Los sirvientes asintieron silenciosamente y salieron de prisa de la celda.
Para sorpresa de todos, Shigeru tomó entre sus brazos a Itsuki, quien también se sorprendió por el acto de Shigeru, y lo cargó y así lo llevó fuera de la prisión mientras todos los de más soldados aún veían el cadáver ensangrentado de su ex-jefe. Luego uno de ellos dijo con una sonrisa “Parece que hay un puesto vacante, je, je”.
CAPITULO 6: OTRA VISITA EN LA PRISIÓN
Itsuki sentía como si de un momento a otro fuera a desaparecer dentro de esa terrible oscuridad. Se sentía bastante cansado, debía de ser a causa de llevar puestos tanto tiempo, esos extraños metales, que lo hacían sentirse raro y débil. Sentía como si de un momento a otro fuera a caer inconsciente. Y pensó que talvez eso sería mejor. Talvez así dejaría de ser atormentado por la muerte de su amado Shinobu, a quien nunca le dijo que lo amaba. A lo mejor así descansaría de los juegos que Shigeru jugaba con él. Pero luego Itsuki pensó que tal vez aún estando inconsciente, podría tener pesadillas que no lo dejarían descansar. Así que a pesar de todo, trataba de seguir aferrado a mantenerse despierto.
Y fue en esos momentos que esculló que la puerta de metal de la celda, esta siendo abierta. Itsuki cerró los ojos imaginándose que se trataba del señor del castillo, quien quería tratar de someterlo y de paso entretenerse un poco con él. Por lo que el youkai empezó a decir “Shigeru...” cuando escuchó que la puerta ahora estaba siendo cerrada. Luego Itsuki abrió sus ojos y puedo ver que no era el señor del castillo Sakai quien había entrado a la celda; era alguien más, pero Itsuki no podía ver de quien se trataba exactamente, debido a la oscuridad que llenaba la celda.
Y fue entonces cuando vio que aquella persona que había entrado, encendió una especie de lámpara de cristal, que iluminaba debido a una pequeña bola luminosa, que a pesar de su diminuto tamaño, alumbraba con gran claridad toda la celda. Los ojos de Itsuki se acostumbraron después de unos segundos, al cambio en la iluminación del interior de la celda, pero antes de poder ver bien a aquélla persona vio a un hombre de cabello largo, de color azul oscuro que estaba amarrado en una cola de caballo, y sus ojos verdes como esmeraldas; ese hombre era bastante apuesto y además, vestía una de las armaduras negras de los guardias del castillo, sólo que su armadura estaba adornada con relieves dorados, mientras que las de los demás soldados eran plateados. En el lado izquierdo de su armadura llevaba una espada larga, con un empuñadura negra, adornada con lo que parecían piedras preciosas de ese mundo. Y la frente de aquel hombre estaba cubierta por una cinta de color rojo tan intenso como sangre.
Cuando los ojos dorados de Itsuki se acostumbraron por completo a la nueva iluminación, el youkai puedo percatarse que esa persona no era más ni nada menos que Nori, el jefe de los soldados. Itsuki se sentó lo más erguidamente que las cadenas que lo ataban a la pared se lo permitieron. Tratando de tomar una postura a la defensiva, Itsuki le dijo al jefe delos soldados “Veo que tu amo te ha enviado a sacarme de nuevo”, luego continuó diciendo en tono sarcástico “¿Qué acaso no se cansa de sus cambios de humor”. Luego fue el turno de Nori para reír mientras le respondía “El amo no me ha enviado, el amo está ocupado ahora con sus científicos, y así lo estará por buen rato” terminó de decir Nori con una sonrisa de placer en su rostro.
“Entonces ¿qué...” fue lo que empezó a decir Itsuki cuando Nori se puso de rodillas enfrente de él. Para lo que Nori le dijo “Ya te había dicho que vendría a visitarte para poder joderte un rato”. Nori posó su mano sobre la rodilla izquierda de Itsuki mientras la acariciaba lentamente. Pero Itsuki movió de si rodilla de repente tratando de librarse de la caricia hecha por Nori, cosa que no le agradó mucho al jefe de los soldados. Después Itsuki le dijo “¡Cuando tu amo se entere no creo que te vaya a ir muy bien Nori!”. Pero el jefe de los soldados solamente rió ante lo que le dijo el youkai, y le contestó “Shigeru no tendrá porque enterarse de esto, además tal vez tú no puedas decirle nada si primero de corto la garganta”. Luego Nori tomó a Itsuki por el cuello y le dijo “Si el amo pregunta que fue lo que te pasó, le diré que tratabas de escapar y que moriste mientras te detenía, je, je”. Luego Itsuki le dijo “Eres un...” pero fue interrumpido por Nori quien lo besó a la fuerza.
Era un beso brusco y lleno de lujuria que estaba lastimando los suaves labios del youkai. Incluso, dejándose llevar por su libido, Nori le cortó el labio inferior a Itsuki, haciéndolo sangrar ligeramente. El youkai dejó escapar de su boca un gemido de dolor anta tal acto; y fue cuando el jefe de los soldados aprovechó para introducir su hambrienta lengua dentro de la boca de Itsuki. Nori frotaba se lengua contra la del youkai de ojos dorados. Pareciera que el hombre del cabello azul oscuro, quisiera robar todo el aire de los pulmones de Itsuki, quien se estaba sintiendo más mareado de lo que ya estaba.
Pero incluso Nori tuvo que apartarse para respirar. Itsuki no podía hacer mucho debido a que estaba encadenado al muro, de brazos y piernas. Ahora no era como con Shigeru, cuando podía moverse un poco más y tratar de no dejar que hiciera con él lo que le viniera en gana. Nori aprovechó que Itsuki tratar de tomar aire, y comenzó a lamer la sangre que escurría del dulce labio inferior del de ojos dorados. Luego Nori fue subiendo con su lengua por el rostro de Itsuki, hasta llegar a su oído, y después empezó a morder el lóbulo de la oreja derecha de Itsuki.
Nori chupaba y mordía de una manera lasciva, pero a veces mordía tan fuertemente a Itsuki, que éste lanzaba uno que otro gemido; y eso excitaba mucho al de la armadura negra. Sí le encantaba poder hacerle eso al animal exótico de su amo. Pero lo que más le gustaba era poder tener a esa rara criatura para él solo, y tenerla encadenada para poder hacer con él lo que quisiera; para poder violarlo hasta que toda su lujuria estuviera saciada.
Luego con su manos, Nori desgarró de un jalón la parte superior del traje de Itsuki. El youkai gimió ante la sorpresa y Nori empezó a lamer sus tetillas ahora que ya no había prenda que le estorbara, luego excitándose más ahora empezó a morderlas, haciendo que Itsuki gimiera de dolor y cerrara sus ojos. Después Nori le dijo en tono ronco “Me encanta que gimas de dolor y placer por lo que te estoy haciendo” y luego arañó con su mano el pecho de Itsuki, quien sólo pudo arquear su espalda. Después Itsuki hizo algo que no había hecho desde que llegó a ese mundo, suplicó, le suplicó a Nori que parara, le dijo “Detente me lastimas” “Aah...”. Pero Nori en vez de hacerle caso, mordió su pezón izquierdo con más fuerza, y hasta lo hizo sangrar. Luego el jefe de los soldados empezó a lamer de nuevo la sangre de Itsuki. Nori lo miró a los ojos y le dijo “No sabes como excita que me supliques” Itsuki podía ver lujuria reflejada en aquellos ojos verde esmeralda, que ahora se veían caso negros debido a la excitación del jefe de los soldados.
Nori paró por un momento, Itsuki pensó que por fin lo dejaría en paz, pero Nori solamente comenzó a quitarse la parte superior de su armadura, y la puso a un lado para a continuación seguir torturando sensual y bruscamente a Itsuki. Nori siguió descendiendo por el pecho del youkai hasta llegar a la parte donde comenzaba el pantalón de éste. Itsuki lo vio aterrorizado, haciendo con la cabeza un movimiento de “no”, pero el jefe de los soldados rió de nuevo para después bajar de jalón las prendas del youkai, y aventarlas hacia un lado.
Itsuki no lleva ropa interior, así que Nori pudo ver las partes íntimas del youkai. Falta decir que a Nori se le hacía agua la boca, por lo que no tenía la más mínima intención de primero preparar a Itsuki para que no le doliera el acto sexual a éste. No eso no le importaba en lo más mínimo, el jefe de los soldados solamente quería satisfacer sus deseos con la exótica criatura, qué le importaba si el otro quería o no o si sufría.
El cuerpo de Itsuki se tensó al adivinar lo que le haría a continuación aquel hombre. Pensaba violarlo hasta el cansancio de la manera más brusca. Nori tomó las piernas de Itsuki por los tobillos y luego las levantó para ponerlas sobre sus hombros. Itsuki sólo pudo suplicarle una vez más “Por favor... no lo hagas”. Pero Nori no le hizo el menor caso, sólo le respondió moviendo su cabeza en gesto negativo y le dijo “Por su puesto que no haré eso, no ahora que ya te tengo y que haré lo que quiera contigo”. Luego Nori retiró la parte inferior de su armadura y después cerró sus ojos mientras comenzaba a acariciar el húmedo bulto que se veía debajo de sus pantalones.
Itsuki apretó sus párpados, ahora iba a ser violado en un sucio calabozo y lo más seguro es que Nori lo mataría después de saciarse. Bueno tal vez si moría Itsuki podría reunirse con su amado Shinobu, y tal vez le confesaría su amor a Sensui, y quizás este lo aceptaría aún después de que hubiera sido tomado por otro. Sí Itsuki pensó que tal vez eso sería lo mejor, cuando el youkai ya estaba resignando, un repentino pensamiento pasó por su mente pensó “Y que tal si eso no es lo mejor?” “¿Qué tal si no encuentro a Shinobu en el más allá?”. Itsuki abrió sus ojos alarmado ante tal idea que hizo latir rápidamente su corazón.
Nori ya estaba a punto de penetrarlo cuando de repente la puerta de metal de la celda fue abierta bruscamente, resonando en el calabozo. En la entrada estaba Shigeru con una mirada de lo más furiosa. Los ojos de Nori se abrieron ante la sorpresa; no se esperaba ver al señor del castillo en esos momentos. Nori iba abrir la boca para decirle algo pero Shigeru no se lo permitió al exclamar él “¡¿Qué demonios crees que estas haciendo?! ¿Eh? ¡Contéstame Nori!”. Una fuerte corriente de viento helado entró por la puerta abierta de la celda, y apagó la linterna de cristal que iluminaba el lugar. Sin embargo, dentro de unos pocos segundos la celda fue alumbrada por resplandor de un relámpago, parecía que esos relámpagos eran de mucha más duración que en el mundo humano. Luego se escuchó un fuerte trueno; parecía que una tormenta se aproximaba.
Después, otro relámpago iluminó la prisión y se podía apreciar muy bien escena; la furia en los ojos de Shigeru parado como una rígida estatua en la entrada de la celda, Nori tomando las piernas de Itsuki y levantándolas por sus enjoyados tobillos, Itsuki sangrando por la comisura de su labio inferior y pecho maltratado. Luego Nori trató de decirle algo a su amo “Mi amo... es que... es solo que... yo no...” pero el jefe de los soldados no podía terminar sus enunciados; por lo que Shigeru decidió ayudarlo un poco “¿Es que qué? ¿Quieres decir que estabas a punto de joderte a mi animal exótico?” “¿Es sólo que... ¿Querías tener un poco de diversión a mis espaldas, con lo que me pertenece?” “¿Es qué tú no te esperabas que yo viniera ahora a la prisión?” “¿Eh, es eso?” “Pues si es así, que me imagino son las respuestas correctas, no te dejaré escapar de aquí...” y luego Shigeru sonrió al decir “Con vida”.
En eso Nori dejó caer al suelo las piernas de Itsuki, y trató de explicar algo, pero Shigeru fue rápido y desenvainó la espada que lleva en su costado; y luego toda la celda quedó a oscuras debido a que el resplandor del relámpago había pasado, aunque aún era un poco iluminada por las linternas que había fuera de la celda.
Itsuki escuchó el rápido sonido de una espada que atravesó a un cuerpo, y luego el quejido de la persona que fue herida por el arma afilada, y por último el brotar de la sangre y el caer de un cuerpo inerte al piso. Itsuki pudo sentir que un líquido mojaba sus pies y corría por el piso de la celda.
Otro relámpago alumbró la celda e Itsuki pudo ver el cuerpo sin vida de Nori cubierto de sangre y tendido en el piso. Itsuki pudo ver la mirada sin emociones en el rostro de Shigeru, y éste después agitó su espada en el aire para sacudir la sangre de Nori que se había quedado impregnada en la filosa arma. A continuación, Shigeru aún con la mirada dura, envainó su espada y después, se quitó una capa negra que llevaba sobre sus hombros, luego se hincó en su rodilla derecha y cubrió a Itsuki con ella.
El youkai de ojos dorados lo miró un tanto desconcertado debido a todo lo que le había pasado o casi pasado, pero lo que aún lo asombraba más era el comportamiento que había mostrado Shigeru, como si no sintiera nada además de furia al matar al que era el jefe de su ejército. Itsuki abrió sus boca para decirle algo pero Shigeru mandó llamar a varios soldados que llegaron a toda velocidad a la celda y a quienes luego les dijo “Miren ese cuerpo que está delante de ustedes”. Los soldados vieron horrorizados que se trababa del cadáver de su jefe, luego Shigeru les dijo “Eso le pasa a cualquiera que no se atreva a obedecer mis órdenes ¡¿Entienden?!”. Y los soldados solo asintieron con su cabeza, mirando atemorizados el cuerpo ensangrentado de su jefe.
Después Shigeru les dijo a dos soldados que fueran y buscaran a dos sirvientes. No tardaron ni medio minuto cuando estos arribaron, Shigeru les ordenó a los dos soldados “Desencadenen del muro al prisionero, pero dejen sus manos encadenadas entre sí”. Luego volteando a ver a los sirvientes les dijo “Quiero que preparen la habitación principal y alisten el baño”. Los sirvientes asintieron silenciosamente y salieron de prisa de la celda.
Para sorpresa de todos, Shigeru tomó entre sus brazos a Itsuki, quien también se sorprendió por el acto de Shigeru, y lo cargó y así lo llevó fuera de la prisión mientras todos los de más soldados aún veían el cadáver ensangrentado de su ex-jefe. Luego uno de ellos dijo con una sonrisa “Parece que hay un puesto vacante, je, je”.