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Pastizal

By: Asatoth
folder Spanish › Originals
Rating: Adult +
Chapters: 1
Views: 940
Reviews: 2
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Disclaimer: This is a work of fiction. I do not know the celebrity I am writing about. I do not make any money from the writing of this story.

Pastizal

Título: Pastizal
Autor: Timelessness
Summary: Reflexión de un ángel caído .
Rating: R
Pairing(s): None .
Feedback: Please R&R ?
Personajes: Un ángel .
Betas: Gracias a todos los que leyeron esto .
Nota del Autor: AFF estableció la nueva política del disclaimer , y realmente no estoy disfrutando el tener que poner uno a cada una de mis historias , en fin ...
Disclaimer: No estoy haciendo diero con esto ( lamentablemente ) , el personaje nació de un estado mental poco deseable , hehehe


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Deriva de este sueño la triste capacidad de engullir la brazas que atisban aquella espesa oscuridad ; aquellos cristalinos ojos que como brillantes acuosidades desprendían destellos carmesí , pues las lágrimas de sangre vertidas sobre las mejillas surcaban heridas hasta la barbilla . Aquel rostro que cazaba mis sueños y los plagaba de pesadillas ; me tornaba vulnerable aun bajo el cobijo de mi eterna madre , la Luna . Sí ; aquel rostro formado por mefíticas exhalaciones recortado sobre la oscuridad abismal de la noche impune , se mofa de mis visiones ; me sacude .
Extasiado me topé con la fría realización de tan crueles alucinaciones ; frente a mis ojos se extendían los confines distendidos de una eternidad por voluntad ignorada . Los colores de este espacio se tienden en un horizonte parido por las estrellas matutinas ; acarician el vientre de la madre . Todo comienza a opacarse ; el negro engulle vivos reflejos de prismas lanzados al viento . El humor inunda mis pulmones ya ; el aroma a quemazón que flota en el aire me deleita .
De nuevo aquellos colores ; hermosos , brillantes , discordantes ; mezclan y retraen , extienden sus alas y eclipsan cuanto veo ; un millón de puntos intermitentes ; como cabezas de alfiler ; asaltan mi contemplación ; provienen del centro de esta visión ; mis ojos me han dado la espalda ; aún mis ojos me han traicionado . Proferí un alarido que pretendía desgarrar la inmensidad de espacio , pero éste no se inmutó ; los rayos de luz naciente me negaron la palabra . Grité hasta peder la voz , hasta quedarme afónico y solo con mis lágrimas .
Tendido sobre el suelo me encontraba ; con los brazos extendidos , implorando una bendición ; me desangraba ; sin embargo , las heridas no cicatrizaban ; las inmensas yagas que dejaron las alas arrancadas de raíz , me producen un intenso dolor que en su pureza podría evocar placer , al mirar mis manos observo la palidez de la piel que pierde la vida ; y pudo ver cada una de las venas que surcan ésta ; una red de tonos azulados , amoratados , de finas hebras .
Las heridas en la espalda se habían llenado de tierra y maleza ; ahora escocían insoportablemente ; y las vértebras expuestas a las inclemencias de los elementos proporcionaban un amargo tormento que me mantiene en el borde de la inconciencia ; sí ; debatíame por permanecer despierto ; por estos sentidos que gradualmente he perdido .
El gemido torturado que viene de mi garganta es producto del dolor ; pero pasa desapercibido al oído ; pues es tan solo el sabor a hierro en la saliva lo que me hace paladear tan reprobable gruñido .
El frío se apodera de mí ; los escalofríos sacuden cada parte de esta carcaza terrena y hacen castañetear los dientes . Soy conciente del peso que ejercen mis pernas y el cosquilleo que se apodera de ellas .
Rodee con los brazos el abdomen ; en esperanza de dejar de sacudirme ; tan solo conseguí sentir cada una de las costillas que asomaban al tórax , y más abajo , el palpitar de las entrañas .
Comencé a sentir los gusanos medrar y remover las heridas entre los omóplatos ; buscando el podrido olor de la sangre en descomposición ; aquello me hacía pensar que llevaba ya algún tiempo en esta agonía ; no me sorprendió la insensibilidad que me embargó frente al paso del tiempo . La culminación de este pesar parece demasiado parece demorarse cada vez más .
La calidez de la sangre ya coagulando bajo mi cuerpo y encharcándose a mi alrededor , me abraza . La pérdida de vitalidad trae consigo el mareo ; y el vértigo me aqueja con náuseas . Las convulsiones del abdomen me arrancan lágrimas de dolor .
No he podido discernir siluetas precisas ; frente a mis ojos las manchas se han transformado en charcos de colores en cuyo vaivén todo pareciera ahogarse ; someras aguas que embotan mi imaginación y mis concepciones .
A mi extremo izquierdo recordé mi espada , y tentativamente estiré un brazo hasta alcanzarla ; la fría empuñadura parecía cálida con lo helada que se encontraba mi piel .
Hermoso instrumento , forjado tan solo para frívolo uso ; la halé hacia mí y la estreché contra mi pecho ; la hoja , tan larga que iba a terminar su trayecto a mi rodilla derecha ; su filo me hizo soñar aún más ; mis febriles visiones se tiñeron de una variada gama de colores carmesí ; ahogando los recuerdos que buscaban la superficie .
Con fuerza me ací al mango , y con sobrehumano esfuerzo estiré un brazo al cielo ; y la fuerza tan vana acción exigía de mí , me hizo creer que fenecería .
Y con esta fría hoja apunté al cielo , lancé un grito de batalla con lo que quedaba en mis pulmones por exhalar , y comencé a reír ; las carcajadas sacudieron mis alrededores y mi ser .
Dejé caer el arma , y miré los dedos que la habían estrechado como garras . Los contemplé , y frente a mis ojos carecían ya de forma ; bien pudiesen haber sido serpientes ; estas observaciones me arrancaron un suspiro de hastío ; y la sangre volvió a la tráquea ; los pulmones tendrían que haber sufrido daño ; se inundaban lentamente con el espeso elixir ; podía sentirles ganar peso ; ahogarles , hervían las arterias de los bronquios , esto me provocó más risa ; fue profundamente dolorosa la consideración ; abandoné la empresa ; ni siquiera de mi desgracia podría mofarme ; ni la tristeza ni la frustración se hicieron presentes ; me sorprendí de esto . He alcanzado la ecuánime e idílica indiferencia ; sonreí sardónicamente .
Ya no podía blandir mi espada ; eso me causo tanta vergüenza ; sin embargo ésta me abandonó tan rápido como llegó ; deseé sentir malestar por ello , pero me fue negado .
El sueño se apoderaba de todos los confines de mi ser ; los párpados se tornaban una carga insoportable y todo cuanto por efímeros momentos lograba enfocar , desaparecía tras las sombras de todos aquellos colores que habían comenzado a aterrarme .
Las heridas en mi espalda comenzaban a desprender un hedor a podredumbre ; los parásitos que habían comenzado a alojarse en las cuencas se aunaban al olor ; y al insoportable dolor; me podría en vida . No me vencerías tan fácilmente .
Perdí la hebra de la vigilia ; me abandonaba a las profundas fauces de un destino incierto .
No he muerto aún ; me pregunto por qué con un rastro de enfado . Es esta tu patética venganza ; vaya ; discúlpame si escupo frente a tu malogrado intento .
Sabía que de incorporarme , habría conseguido la victoria ; de incorporarme me mofaría de ti , y de tus tristes acertijos insanos .
Con esto en mente me concentré en abrir los ojos ; contemplar lo que me rodease ; ignorar el dolor , no más que terrenal , y lograr ponerme de pie ; retomar mi lugar entre las huestes celestiales ; pero el destino da crueles giros ; pues ahora habré de adoptar bando contrario al que me ofreciste ; sí ; el traidor merece la muerte ; y hoy tú para mí ya no existes .
Me exigías loas a cambio de frívolo consuelo ; tan solo para arrojarme al exilio aún cuando la guerra que yo peleaba no era la mía ; levantaré el puño en tu contra para convertirme en terrateniente de tu extraviada Estrella de la Mañana ; pues la vieja confianza a la que le diste la espalda te remunera ahora con creces . Sí ; con esta madrugada comenzaría de nuevo ; viéndome parido por los albores del mediodía .
Aspiré muy hondo el aroma del pastizal que me rodeaba ; aspiré hasta que no pude tolerar el dolor en la espina ; recordé la parcial movilidad de la que aún gozaban mis brazos y les hice serpentear a mis costados .
Sobre mi rostro ; me saludaba no más que un violáceo firmamento ; heraldo de una nueva era . El hedor que despedía ya la gangrena era alejado por el viento ; no más que el perfume de un renacimiento venidero .
Debatíame por reencontrar mis extremidades ; y en un estupor bañado por una nueva ola de dolor , volví a sentir mis piernas ; escocía cada uno de sus tejidos ; éxtasis .
Lentamente , presa del agotamiento y el vértigo , obtuve suficiente impulso para lograr yacer sobre mi costado derecho ; lentamente presa de la respiración estremecedora , busqué recoger las piernas ; lentamente ; pasmosamente . Logré desentumir poco a poco las piernas; hasta posar la rodillas contra el pecho ; el torrente sanguíneo alcanzó cada uno de mis dedos . Esbocé una sonrisa de placer . Volví a estirar las rodillas .
Con la mano derecha busqué a tientas el suelo que yacía bajo mi peso ; con firmeza busqué derrotar la fuerza de gravedad .
Al llegar el movimiento a las articulaciones del hombro , el dolor me cegó , y como un calambre contrajo todos los músculos de mi cuerpo ; no me verás vencido ; mucho menos humillado . Buscando ignorar el súbito entumecimiento de mis extremidades , comencé a moverme de nuevo .
Y en un abrupto desplante de desesperación , en un solo movimiento logré sentarme ; el dolor había alcanzado mi cráneo , que parecía punzar al ritmo de los latidos de un corazón ya entumecido . De golpe , supe que moriría desangrado ; lograse incorporarme o no . Eso jamás .
Sentí mi cuerpo como un huésped innecesario ; un viajero ajeno que ha fallecido en uno de los hostales de paso .
Entorné los ojos ; obsequiando tan inútiles pensamientos al viento olvidadizo , cuyas fauces no son negadas jamás a nadie ; sí ; aliado eterno .
Sentí cómo manaba sangre de las heridas aún ; sentía el cosquilleo realizar su camino por la espalda ; para encontrar su destino sobre la hierba del pastizal ; sentíase como un turbio torrente ; y el líquido era cada vez más oscuro ; alcé la vista al cielo y reí .
Tú siempre tan bromista .
Con un desdeñoso encogimiento de hombros , con cautela me incorporé ; el vértigo me produjo náuseas una vez más .
Intentando guardar el equilibrio todo comenzó a sacudirse violentamente .
El viento refrescó mis dolores .
La sangre seguía manando .
El cielo había clareado y sobre aquel pastizal los destellos dorados y verdes eran tan vivos como nunca ; contrapuestos contra una bóveda parcialmente azulada ; con aún un toque violáceo ; sí ; intentando acariciar el vientre de las nubes . Miré aquel llano en el que me encontraba; solo , mortalmente herido , agonizante , embriagado por el amanecer ; y no más que desdeñando este malogrado destino .
Sin embargo , al estar mirando el cielo ; me golpeó de lleno el saber que aquel ya no era mi hogar .
Aspiré el perfume que portaba el viento , aspiré tan hondo ; tan profundamente , que sentí dos borbotones de sangre manar suavemente ; el dolor ya era tan intenso que pareciera no poder ser peor .
Sentí la leve brisa secar mi piel ; apaciguó mínimamente el dolor .
A menos moriría de pie , burlándome de ti ; pues has perdido todo mi respeto ; pero tú ya has muerto , has de yacer tan podrido como este cuerpo .
Las nubes se ciernen sobre el sol ; y congestionan el firmamento , tienden sobre el llano su sombra ; rápida y pasajera ; como en este instante , jamás me pareció tan placentera la sombra , la oscuridad , la opacidad del horizonte carente de aquel astro insigne , escudado tras aquellos mantos , velos de su pudor .
Sentí aquel calambre de nuevo ; despertó mi ira ; sentí impotencia , que clamaba odio ; sedientos sentimientos cuya ansia tal vez no podría apagar .
Seguí con la mirada fija en el firmamento ; hasta que se produjeron aquellas familiares punzadas tras lo profundo de las cuencas .
Reí una vez más ; tal vez tan solo era nerviosismo ; pero no podía discernir .
Y de golpe , sentí que todas mis entrañas ardían ; que los adentros eran violentamente desgarrados por una fuerza invisible ; logré permanecer en pie , pero todo mi cuerpo se arqueó . Escuché un sonido seco ; como si las vértebras se hubiesen quebrado . Creí que moriría ; creí que no habría dolor más abrasador que aquel ; y se detuvo .
Abruptamente ; la fuerza volvía a reinar sobre mi conciencia ; comencé a sentirme totalmente despierto ; mis sentidos tan agudos como alguna vez lo fueron . Sin embargo , mi piel no recuperaba su color ; aquella palidez cadavérica permanecía inamovible ; y sentí a mis espaldas un nuevo peso ; vilmente conocido ; suspiré , y no sentí náuseas , no sentía pesar , no sentía dolor .
Ahora podré permanecer en el campo de batalla ; aquel al que pertenezco , pero ha llegado el momento de mirar desde el otro lado del cristal ; pues no queda más que el deseo de consumar esta venganza , satisfacer este sentir ; burlarte , y en tu vileza , hacerte saber cuán débil eres en tu afán verdaderamente ; pues como yo hay muchos ; debiste cuidar mejor de nosotros .
Ahora me dispongo a prestar mis servicios , cual mercenario , pues me has despojado del hogar . Y llevaré conmigo lo único que poseo : mi espada .
Y a mis espaldas ; un nuevo par de orgullosas alas , cuyo plumaje azabache ahora me recuerda a quien doy favor .
Enfundo el arma ; hago postración en honor a mi nuevo Señor , y remonto el horizonte ; con las sombras aún invitándome a seductoras veladas ; toda la tierra se extiende ahora frente a mí , en océanos de posibilidades .
Tal vez , después de todo , no fuiste Tú quien obtuvo la victoria .