Red Moon
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Spanish › Anime
Rating:
Adult ++
Chapters:
1
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Disclaimer:
I do not own the anime/manga that this fanfiction is written for, nor any of the characters from it. I do not make any money from the writing of this story.
Red Moon
Tôya cerro la puerta con energía, afuera llovía y estaba empapado y enojado. Había sido un día difícil y estaba cansado, no tenia ganas de que nadie le fastidiara. Se quitaba los zapatos, para notar que habían unos tennis allí, frunció el ceño. Fujitaka había tenido que salir de la ciudad, así que no era su padre, o alguna visita del mismo, bien, eso solo le dejaba una opción. Camino despacio hacia adentro, observando despacio, Sakura no se veía por ningún lado, ni se escuchaba. Seguro que había ido por las fastidiosas cartas Clow, ya estaba hartándose de que la inepta de su hermana solo causara problemas con ello.
La figura alta de Yue permanecía escondida tras las sombras, observando los movimientos casi felinos de Tôya, el hermano de la pequeña impertinente que se había clamado Card Captor y próxima dueña de las cartas Clow... frunció el ceño, saboreándolo con la mirada... podía olerse que el joven Kynomoto sabia de su presencia, de hecho sabia justamente en donde estaba...
“Que eres?” – Cuestiono impaciente, mientras sus ojos marrones observaban a la oscuridad, ya harto del juego que jugaba con aquella cosa que compartía vida con Yukito...
Con su mirada fría, y dando pequeños pasos, la figura del guardián de la luna estuvo entre los reflejos de luz, dejando que su mirada plateada, su pelo, su ser, brillara y se oscureciera a la misma vez, dándole un aire místico, malicioso, imponente... haciéndolo el demonio mismo y dios a la vez.
“Solo lo que observas” – Murmuro, con una superior mirada, como si se divirtiera. Pero su gesto molesto-aburrido seguía siendo el de siempre, al igual que la energía que irradiaba... así la había sentido Tôya, siempre.
“Tú eres el causante de la energía proveniente de Yukito”
Yue hizo un gesto de aburrimiento, desde luego, ese estúpido mortal no seria capaz de comprender nada, no es así?
“No ves mas allá de lo que crees ver” – Murmuro, dándole la espalda, a paso lento dirigiéndose a las escaleras, para esperar a la Card Captor en su habitación, la insolente mano de Kynomoto le sostuvo de la túnica, deteniéndolo con fuerza, imponiéndose con sus ojos marrones y la mirada fiera.
“Vas a explicarme!” – Ordeno, dejando que su fuerza se mostrara.
Los ojos inexpresivos del guardián se flecharon en los del joven, como si quisiera derretirlo con la mirada y al mismo tiempo como si ni siquiera lo observase. Se impulso, tomándolo de las muñecas con fuerza, queriendo rompérselas, pegándolo de la pared y pegando sus bocas con fuerza, forzándolo a abrir la boca, mientras la lengua intrusa se adentraba mas y mas. Tôya, sorprendido y enojado forcejeaba para zafarse, pero solo sentía que se ahogaba mas con el beso, el cuerpo de Yue se pegaba mas y sus bocas se hundían mas, el aire apenas si llegaba a sus pulmones, sin embargo no dejaba de forcejear.
El beso se rompió, después de lo que había parecido una eternidad, sosteniéndolo con fuerza, el guardián lo observaba a los ojos, como si no hubiera sentido nada, o jamas lo hubiese besado... pero dejaba bien claro su posición de superioridad. Tôya, por su parte, deseoso de matarlo con sus propias manos, le sostenía la mirada, más furioso a cada momento.
“Suéltame maldito bastardo!” – Grito, fastidiado y herido por no poder soltarse.
“No es esto lo que siempre me haz querido hacer?” – Cuestiono, sarcástico, encajando sus dientes en el cuello de Tôya, con fuerza, sin compasión alguna, dejando una fuerte marca roja, y gozando el gemido de dolor que había escapado de los labios del joven.
Kynomoto fruncía el ceño con fuerza, y se mordía los labios, aguantando el dolor de esos dientes en su cuello. Pronto sintió como Yue le unía las manos hacia arriba de su cabeza, sosteniéndolo con una sola mano, como si fuera un juguete... o una figurita de papel. Tôya se obligo a resistirse, haciendo que sus manos casi se liberaran de la del guardián.
“ARGH!” – Gimió fuerte, sintiendo la opresión en su cuello, le faltaba el aire, Yue observaba complacido mientras su energía le presionaba y casi lo asfixiaba.
“Compórtate o te ahogaras…” – Susurro, divertido, pero sin mostrar su diversión. Dejo sus dedos jugar y danzar sobre la camisa de Kynomoto, quien observaba atentamente los movimientos, despacio, soltó cada botón…. para luego deslizar la tela, rozándole los brazos, despacio.
Inclino la cabeza, besando al paladar el amplio pecho del joven, acariciándolo con avidez. Su lengua se paseo hasta uno de los pezones, para lamerlo suavemente y luego torturarlo con los dientes, mientras sus dedos presionaban con fuerza el otro, forzándolo de igual manera, enrojeciéndolos y endureciéndolos.
El cuerpo de Tôya se movió, impaciente, comenzando a disfrutar de aquella tortura impuesta a su cuerpo, dejo el aire cálido salir de su boca con un leve sonido. Entonces Yue, el guardián, le soltó las manos...
Las manos del joven mortal le acariciaron el rostro, y el guardián pálido le beso los dedos suavemente, agachándose para besarlo, Tôya acercaba su rostro... confiado, pero las manos delicadas del guardián le sostuvieron del cuello, pegándolo de la pared con fuerza, haciéndolo gemir por el dolor. Una sonrisa maliciosa aprecio...
“MALDITO SEAS!” – Jadeo con fuerza, sosteniéndole el brazo, dispuesto a arrancarlo de su cuello.
Con su mano libre, Yue deshizo la correa, para de inmediato bajar el cierre del pantalón y soltar el botón. Metió su mano con habilidad, encontrando lo que quería y tomándolo con fuerza en su palma fría. Tôya lo miro a los ojos, mientras un movimiento dentro de sus pantalones comenzaba, haciéndose rápido a cada momento, apretando con fuerza...
El corazón de Kynomoto latía con fuerza, bombeando sangre, mientras su miembro se endurecía rápidamente, demasiado rápidamente ante el deseo que esa criatura mística causaba en él, el dolor incitante que le ocasionaba... entrecerró los ojos, para jadear con fuerza, entregándose a todas esas sensaciones, sin reclamar...
La lengua fría de Yue alcanzo sus labios, lamiéndolo como si fuera un gato o algo parecido....disfrutando del sabor, y al mismo tiempo humedeciendo los labios secos de Touya...
La vista era hermosa, se remarco Yue, el rostro extasiado de Kynomoto, entre el placer y una leve pizca de dolor, no podía negarse que le encantaba. Lo presiono con mas fuerza del cuello, manteniéndolo firme contra a pared, mientras detenía el movimiento de su mano. Tôya abrió los ojos, como si quisiera reclamar el porque había detenido ese placer ahogante... y ahora solo podía sentir la presión de la mano contra su cuello. Yue sonrío levemente, mientras el pantalón caía al suelo por la gravedad... seguido de esos fastidiosos boxers blancos que impedían su trabajo.
Tôya se encontraba a su total merced, un beso poderoso lo embriago nuevamente, pero no era tan violento como anteriormente. Yue le acariciaba todo el interior de su boca, con la lengua, y movía su lengua de una forma que jamás pensó existiría. Lo único que opto por hacer fue corresponder a ese beso, con todo lo que su cuerpo le dejaba dar, mientras las bocas unidas dejaban que las lenguas se fundieran... solo excitándolos mas a ambos, y deseándose mutuamente.
La túnica del guardián fue fácil de apartar, pensó el joven, mientras sus dedos largos deshacían el cinturón y dejaban a su vista una parte del encantador cuerpo plateado de Yue. Un fuerte golpe en su cabeza lo hizo reaccionar con rabia, cuando Yue lo había puesto de espaldas, y con ese acto le había golpeado la cabeza... las uñas del guardián de la luna rasgaban la espalda del joven, dejando ásperas marcas rojas de las que parecía que pronto brotaría sangre. El dolor se extendió aun más cuando unos dedos intrusos penetraron de golpe y sin compasión en su estrecho interior... lagrimas irremediables llegaron a los ojos marrones de Tôya y un grito de dolor escapo sin resistencia...
Aun y que el dolor se había expandido, pronto los gemidos de Tôya dejaron de ser de dolor, y comenzaron a ser del más grande de los placeres. El joven moreno nunca había sentido alguna sensación en lo más mínimo parecida a lo que en este momento recorrió todo ser.
Las manos de este ser mágico le estaban llevando a los rincones más ocultos del placer... su cuerpo respondía a cada toque de los de los dedos de Yue por su piel, el guardián parecía conocer cada punto en el cual debía tocar al joven para elevarlo hacia el éxtasis de piel.
Tôya se dejo llevar por los sentimientos, dejo que su cuerpo reaccionara, que se moviese al ritmo que Yue imponía sobre su cuerpo... el placer se detuvo abruptamente cuando los dedos del ser mágico dejaron la intromisión en el cuerpo del chico, esto molesto a Tôya pero su molestia solo duro algunos segundos, porque Yue comenzó a penetrar a Tôya. En una intromisión violenta entro por completo en el cuerpo del joven. Un grito sello el acto, junto a las lagrimas brillantes que resbalaban despacio por las mejillas del joven . Sus arremetidas lastimaban, y hacían gritar mas fuerte a Touya, sin piedad, pronto aquel estrecho espacio comenzó a dejarlo moverse con mas libertad...mas ancho, mas fuertes eran los movimientos...el placer ascendía demasiado rápido a la cabeza de Touya y pronto le opaco el dolor. Llenando cada poro de su piel con una mezcla de dolor y placer, pero el placer venció al dolor y comenzó a recorrer su cuerpo, haciéndole pensar que perdería el control de si mismo y que en cualquier momento se desvanecería en el placer perdiendo el conocimiento.
A pesar de su inmenso placer, Touya comenzó a preguntarse si Yue lo estaría disfrutando tanto como el, lo miro de reojo, mientras el permanecía casi inexpresivo, moviéndose contra el y mirándolo con frialdad al mismo tiempo...era posible que no le importara siquiera?...no, no podía ser!...antes de que se cuestionara mas, un golpe lo aturdió mientras sentía como todo terminaba...los movimientos del guardián continuaron un poco mas, hasta que sintió como esa calidez entraba en el...entonces, solo entonces, se dejo cerrar los ojos y caer rendido en un sueño sutil...
A la próxima mañana, Touya apareció sobre su cama...no podía decir si había sido un sueño o no...solo podía decir que había sido “irreal”
La figura alta de Yue permanecía escondida tras las sombras, observando los movimientos casi felinos de Tôya, el hermano de la pequeña impertinente que se había clamado Card Captor y próxima dueña de las cartas Clow... frunció el ceño, saboreándolo con la mirada... podía olerse que el joven Kynomoto sabia de su presencia, de hecho sabia justamente en donde estaba...
“Que eres?” – Cuestiono impaciente, mientras sus ojos marrones observaban a la oscuridad, ya harto del juego que jugaba con aquella cosa que compartía vida con Yukito...
Con su mirada fría, y dando pequeños pasos, la figura del guardián de la luna estuvo entre los reflejos de luz, dejando que su mirada plateada, su pelo, su ser, brillara y se oscureciera a la misma vez, dándole un aire místico, malicioso, imponente... haciéndolo el demonio mismo y dios a la vez.
“Solo lo que observas” – Murmuro, con una superior mirada, como si se divirtiera. Pero su gesto molesto-aburrido seguía siendo el de siempre, al igual que la energía que irradiaba... así la había sentido Tôya, siempre.
“Tú eres el causante de la energía proveniente de Yukito”
Yue hizo un gesto de aburrimiento, desde luego, ese estúpido mortal no seria capaz de comprender nada, no es así?
“No ves mas allá de lo que crees ver” – Murmuro, dándole la espalda, a paso lento dirigiéndose a las escaleras, para esperar a la Card Captor en su habitación, la insolente mano de Kynomoto le sostuvo de la túnica, deteniéndolo con fuerza, imponiéndose con sus ojos marrones y la mirada fiera.
“Vas a explicarme!” – Ordeno, dejando que su fuerza se mostrara.
Los ojos inexpresivos del guardián se flecharon en los del joven, como si quisiera derretirlo con la mirada y al mismo tiempo como si ni siquiera lo observase. Se impulso, tomándolo de las muñecas con fuerza, queriendo rompérselas, pegándolo de la pared y pegando sus bocas con fuerza, forzándolo a abrir la boca, mientras la lengua intrusa se adentraba mas y mas. Tôya, sorprendido y enojado forcejeaba para zafarse, pero solo sentía que se ahogaba mas con el beso, el cuerpo de Yue se pegaba mas y sus bocas se hundían mas, el aire apenas si llegaba a sus pulmones, sin embargo no dejaba de forcejear.
El beso se rompió, después de lo que había parecido una eternidad, sosteniéndolo con fuerza, el guardián lo observaba a los ojos, como si no hubiera sentido nada, o jamas lo hubiese besado... pero dejaba bien claro su posición de superioridad. Tôya, por su parte, deseoso de matarlo con sus propias manos, le sostenía la mirada, más furioso a cada momento.
“Suéltame maldito bastardo!” – Grito, fastidiado y herido por no poder soltarse.
“No es esto lo que siempre me haz querido hacer?” – Cuestiono, sarcástico, encajando sus dientes en el cuello de Tôya, con fuerza, sin compasión alguna, dejando una fuerte marca roja, y gozando el gemido de dolor que había escapado de los labios del joven.
Kynomoto fruncía el ceño con fuerza, y se mordía los labios, aguantando el dolor de esos dientes en su cuello. Pronto sintió como Yue le unía las manos hacia arriba de su cabeza, sosteniéndolo con una sola mano, como si fuera un juguete... o una figurita de papel. Tôya se obligo a resistirse, haciendo que sus manos casi se liberaran de la del guardián.
“ARGH!” – Gimió fuerte, sintiendo la opresión en su cuello, le faltaba el aire, Yue observaba complacido mientras su energía le presionaba y casi lo asfixiaba.
“Compórtate o te ahogaras…” – Susurro, divertido, pero sin mostrar su diversión. Dejo sus dedos jugar y danzar sobre la camisa de Kynomoto, quien observaba atentamente los movimientos, despacio, soltó cada botón…. para luego deslizar la tela, rozándole los brazos, despacio.
Inclino la cabeza, besando al paladar el amplio pecho del joven, acariciándolo con avidez. Su lengua se paseo hasta uno de los pezones, para lamerlo suavemente y luego torturarlo con los dientes, mientras sus dedos presionaban con fuerza el otro, forzándolo de igual manera, enrojeciéndolos y endureciéndolos.
El cuerpo de Tôya se movió, impaciente, comenzando a disfrutar de aquella tortura impuesta a su cuerpo, dejo el aire cálido salir de su boca con un leve sonido. Entonces Yue, el guardián, le soltó las manos...
Las manos del joven mortal le acariciaron el rostro, y el guardián pálido le beso los dedos suavemente, agachándose para besarlo, Tôya acercaba su rostro... confiado, pero las manos delicadas del guardián le sostuvieron del cuello, pegándolo de la pared con fuerza, haciéndolo gemir por el dolor. Una sonrisa maliciosa aprecio...
“MALDITO SEAS!” – Jadeo con fuerza, sosteniéndole el brazo, dispuesto a arrancarlo de su cuello.
Con su mano libre, Yue deshizo la correa, para de inmediato bajar el cierre del pantalón y soltar el botón. Metió su mano con habilidad, encontrando lo que quería y tomándolo con fuerza en su palma fría. Tôya lo miro a los ojos, mientras un movimiento dentro de sus pantalones comenzaba, haciéndose rápido a cada momento, apretando con fuerza...
El corazón de Kynomoto latía con fuerza, bombeando sangre, mientras su miembro se endurecía rápidamente, demasiado rápidamente ante el deseo que esa criatura mística causaba en él, el dolor incitante que le ocasionaba... entrecerró los ojos, para jadear con fuerza, entregándose a todas esas sensaciones, sin reclamar...
La lengua fría de Yue alcanzo sus labios, lamiéndolo como si fuera un gato o algo parecido....disfrutando del sabor, y al mismo tiempo humedeciendo los labios secos de Touya...
La vista era hermosa, se remarco Yue, el rostro extasiado de Kynomoto, entre el placer y una leve pizca de dolor, no podía negarse que le encantaba. Lo presiono con mas fuerza del cuello, manteniéndolo firme contra a pared, mientras detenía el movimiento de su mano. Tôya abrió los ojos, como si quisiera reclamar el porque había detenido ese placer ahogante... y ahora solo podía sentir la presión de la mano contra su cuello. Yue sonrío levemente, mientras el pantalón caía al suelo por la gravedad... seguido de esos fastidiosos boxers blancos que impedían su trabajo.
Tôya se encontraba a su total merced, un beso poderoso lo embriago nuevamente, pero no era tan violento como anteriormente. Yue le acariciaba todo el interior de su boca, con la lengua, y movía su lengua de una forma que jamás pensó existiría. Lo único que opto por hacer fue corresponder a ese beso, con todo lo que su cuerpo le dejaba dar, mientras las bocas unidas dejaban que las lenguas se fundieran... solo excitándolos mas a ambos, y deseándose mutuamente.
La túnica del guardián fue fácil de apartar, pensó el joven, mientras sus dedos largos deshacían el cinturón y dejaban a su vista una parte del encantador cuerpo plateado de Yue. Un fuerte golpe en su cabeza lo hizo reaccionar con rabia, cuando Yue lo había puesto de espaldas, y con ese acto le había golpeado la cabeza... las uñas del guardián de la luna rasgaban la espalda del joven, dejando ásperas marcas rojas de las que parecía que pronto brotaría sangre. El dolor se extendió aun más cuando unos dedos intrusos penetraron de golpe y sin compasión en su estrecho interior... lagrimas irremediables llegaron a los ojos marrones de Tôya y un grito de dolor escapo sin resistencia...
Aun y que el dolor se había expandido, pronto los gemidos de Tôya dejaron de ser de dolor, y comenzaron a ser del más grande de los placeres. El joven moreno nunca había sentido alguna sensación en lo más mínimo parecida a lo que en este momento recorrió todo ser.
Las manos de este ser mágico le estaban llevando a los rincones más ocultos del placer... su cuerpo respondía a cada toque de los de los dedos de Yue por su piel, el guardián parecía conocer cada punto en el cual debía tocar al joven para elevarlo hacia el éxtasis de piel.
Tôya se dejo llevar por los sentimientos, dejo que su cuerpo reaccionara, que se moviese al ritmo que Yue imponía sobre su cuerpo... el placer se detuvo abruptamente cuando los dedos del ser mágico dejaron la intromisión en el cuerpo del chico, esto molesto a Tôya pero su molestia solo duro algunos segundos, porque Yue comenzó a penetrar a Tôya. En una intromisión violenta entro por completo en el cuerpo del joven. Un grito sello el acto, junto a las lagrimas brillantes que resbalaban despacio por las mejillas del joven . Sus arremetidas lastimaban, y hacían gritar mas fuerte a Touya, sin piedad, pronto aquel estrecho espacio comenzó a dejarlo moverse con mas libertad...mas ancho, mas fuertes eran los movimientos...el placer ascendía demasiado rápido a la cabeza de Touya y pronto le opaco el dolor. Llenando cada poro de su piel con una mezcla de dolor y placer, pero el placer venció al dolor y comenzó a recorrer su cuerpo, haciéndole pensar que perdería el control de si mismo y que en cualquier momento se desvanecería en el placer perdiendo el conocimiento.
A pesar de su inmenso placer, Touya comenzó a preguntarse si Yue lo estaría disfrutando tanto como el, lo miro de reojo, mientras el permanecía casi inexpresivo, moviéndose contra el y mirándolo con frialdad al mismo tiempo...era posible que no le importara siquiera?...no, no podía ser!...antes de que se cuestionara mas, un golpe lo aturdió mientras sentía como todo terminaba...los movimientos del guardián continuaron un poco mas, hasta que sintió como esa calidez entraba en el...entonces, solo entonces, se dejo cerrar los ojos y caer rendido en un sueño sutil...
A la próxima mañana, Touya apareció sobre su cama...no podía decir si había sido un sueño o no...solo podía decir que había sido “irreal”